En una sesión en la que el BCE fue el principal protagonista, los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses cerraron con ligeros avances, con el Dow Jones terminando en positivo por séptimo día consecutivo, su mejor racha desde mayo del 2018. Destacar que el buen comportamiento de las últimas semanas ha situado nuevamente a los principales índices estadounidenses muy cerca de sus máximos históricos, algo en lo que han tenido mucho que ver las expectativas de que la Reserva Federal (Fed) vuelva a bajar sus tasas de interés de referencia la semana que viene y el acercamiento entre EE.UU. y China en el ámbito comercial, que ha rebajado sustancialmente la tensión en los mercados financieros mundiales.
Centrándonos en el BCE, señalar que la institución fue ayer más allá de lo que esperábamos, al bajar los tipos de interés de depósito hasta el -0,50% y al anunciar el reinicio de su programa de compra de activos en los mercados secundarios a partir del mes de noviembre. Además, el BCE afirmó que los tipos de interés de referencia no subirían hasta que se alcance el objetivo de inflación, con lo que liga su evolución a esta variable, descartando de esta forma una fecha determinada para ello, lo que supone un cambio radical en su estrategia. Igualmente, dijo que el programa de compra de bonos se mantendrá de forma indefinida hasta que se alcance el objetivo de inflación.
Por su parte, el presidente del BCE, Draghi, en la rueda de prensa que celebró tras la reunión del Consejo de Gobierno, afirmó que en el seno del mismo había unanimidad a la hora de pensar que a partir de ahora deberían ser las políticas fiscales de los gobiernos de la región con cierto margen para ello, mensaje dirigido a Alemania o Holanda, los principales instrumentos para impulsar el crecimiento económico en la región. Entendemos que, con esta afirmación, Draghi viene a reconocer que el margen de maniobra que le resta al BCE es mínimo; que ya ha utilizado prácticamente todo su arsenal. No obstante, Draghi insistió que el riesgo de recesión en la zona euro sigue siendo bajo, aunque haya aumentado.
De cara a los mercados de valores, señalar que los inversores reaccionaron de forma moderada a esta relativa “sorpresa” dada por el BCE, ya que no todos los inversores tienen claro que estas nuevas medidas vayan a servir para algo. Lo evidente es que cada vez las alternativas de inversión son más limitadas, con la renta variable emergiendo como principal alternativa para obtener una rentabilidad atractiva si se está dispuesto a asumir riesgo. En este escenario, en el que los tipos de interés oficiales y de mercado van a permanecer bajos durante mucho tiempo, seguimos pensando que los valores de corte defensivo, que ofrecen elevadas rentabilidades por dividendo, son una opción atractiva, al menos para el inversor más conservador. Eso sí, a la hora de escogerlos hay que ser selectivo, centrándose en las compañías capaces de generar caja libre de forma recurrente y que operen en sectores de actividad poco dependientes del ciclo económico.
Pero, además del BCE, AYER el conflicto comercial entre EE.UU. y China volvió a ser protagonista, en esta ocasión para bien. Tras los recientes gestos de “buena voluntad” protagonizados por ambos países, ayer se habló mucho de la posibilidad de que se alcanzara un acuerdo comercial provisional en el que se cerraran los temas más sencillos y que incluyera la retirada de algunas tarifas. Aunque la noticia fue negada por miembros de la Administración estadounidense, el propio presidente Trump no se mostró totalmente en contra de poder llegar a un acuerdo de mínimos provisional con China. En el fondo, Trump sabe que no puede tensar mucho más la cuerda, ya que si la economía estadounidense entra en recesión en los próximos meses todos sus adversarios políticos y mediáticos le van a echar la culpa al conflicto comercial con China y a su modo de gestionarlo, escenario que dificultaría mucho sus aspiraciones de ser reelegido en 2020.
Tras una sesión tan intensa como la de ayer, hoy esperamos que los inversores aprovechen la jornada para reflexionar sobre la actuación del BCE, sobre la posible evolución del conflicto comercial entre EE.UU. y China y sobre el impacto que ambos factores puedan tener a medio plazo en el comportamiento de las bolsas. Por tanto, esperamos que la sesión sea de consolidación, no descartando que se produzcan algunas tomas de beneficios en los valores que mejor lo han hecho en estos últimos días, concretamente en los de corte más cíclico.
Por lo demás, señalar que en la agenda macro del día destacan la publicación esta tarde en EE.UU. de las siempre relevantes cifras de ventas minoristas, en esta ocasión correspondientes al mes de agosto, y de la lectura preliminar de septiembre del índice de sentimiento de los consumidores. La Fed estará muy pendiente de ambos indicadores ya que, cabe recordar, en EE.UU. el consumo privado representa casi dos terceras partes del PIB y en los últimos trimestres ha sido la variable que ha sostenido el crecimiento de esta economía.