Esta semana, personalmente veo un panorama financiero donde los mercados globales y de Estados Unidos están bajo una gran presión. Con las recientes elecciones estadounidenses aún frescas, las expectativas sobre la inflación y las próximas decisiones de la Reserva Federal (Fed) mantienen la volatilidad al máximo. Aquí, quiero compartir mi visión sobre cómo estos factores podrían influir en el comportamiento del dólar, las acciones, y cómo podrían impactar también en las economías emergentes de América Latina.
1. Repercusiones Post-Electorales en EE.UU.: ¿Hacia Dónde Va el Dólar?
En mi opinión, las recientes elecciones en Estados Unidos han dejado un entorno político complejo y dividido, algo que siempre genera incertidumbre. Esto crea una mayor demanda de refugios seguros como el dólar, aunque también podría limitar su fuerza si el mercado percibe que será difícil implementar políticas fiscales efectivas.
Proyectando a corto plazo, creo que el dólar podría mantenerse fuerte, alimentado por la demanda de seguridad en estos tiempos de inestabilidad. No obstante, si la Fed finalmente indica el fin de los recortes de tasas y hay una caída en los datos de inflación de esta semana, el dólar podría corregirse hacia finales de año. Esto, en mi opinión, abre una ventana de oportunidad para ajustes en los portafolios que estén expuestos a la moneda estadounidense.
2. Inflación y Fed: Expectativas en el Horizonte
Sin duda, todos los ojos estarán puestos en los datos de inflación que se publiquen esta semana en Estados Unidos. Si estos muestran una moderación, podría reducirse la presión sobre la Fed para nuevas subidas de tasas. A mi parecer, un dato bajo en inflación sería positivo para el mercado de acciones, ya que aliviaría un poco la presión en sectores que dependen del crédito, como el consumo y los bienes raíces.
Sin embargo, si la inflación continúa elevada, considero probable que la Fed mantenga su política restrictiva. Esto, en mi opinión, podría desencadenar una venta de acciones en sectores sensibles a las tasas, como el tecnológico, y generar un ajuste en los precios de los bonos. Esta semana, espero que cualquier señal o cambio en el lenguaje de la Fed, especialmente de su presidente, Jerome Powell, sea determinante para entender su posible rumbo en 2024.
3. América Latina: Impacto en las Monedas y Mercados Locales
Para América Latina, creo que las decisiones de Estados Unidos representan un riesgo significativo. En general, un dólar fuerte y tasas elevadas complican el financiamiento para muchas de estas economías y, además, ejerce presión sobre sus monedas. Sin embargo, si la inflación en EE.UU. se modera, esto podría ser un alivio y favorecer a las monedas latinoamericanas, así como atraer inversiones en mercados emergentes.
Para países exportadores de commodities como Brasil, Chile y Perú, una eventual debilidad del dólar y un aumento en el precio de las materias primas podrían ser beneficiosos. Sin embargo, otras economías más expuestas a la deuda en dólares, como Argentina y Colombia, podrían seguir bajo presión si el dólar se mantiene fuerte. Desde mi perspectiva, este es un momento crucial para la estabilidad de la región.
4. Acciones: Sector Tecnológico y de Energía en la Mira
Mi análisis para esta semana en los mercados de acciones se centra en dos sectores: tecnología y energía. Las acciones tecnológicas, que son muy sensibles a las tasas de interés, podrían verse afectadas si la inflación no cae como se espera, lo que empujaría a la Fed a mantener las tasas altas. Esto podría derivar en una venta masiva en el sector, al que veo fuertemente correlacionado con las expectativas de tasas.
Por otro lado, el sector energético sigue de cerca los precios del petróleo, que podrían beneficiarse de cualquier tensión geopolítica o reducción en la oferta. A mi parecer, las compañías de energía tienen el potencial de beneficiarse en este escenario, aunque podría venir acompañado de una presión inflacionaria que termine afectando a otros sectores. También estoy atento a cómo las políticas de transición energética en EE.UU., que podrían cambiar con los nuevos resultados electorales, podrían impactar en este sector.
5. Factores Globales: China y la Ralentización Europea
Además, considero que el contexto global, especialmente la situación en China y Europa, no debe ser ignorado. La desaceleración en China podría afectar a los países que dependen de sus exportaciones y, al mismo tiempo, a empresas estadounidenses con gran exposición a Asia. A pesar de los estímulos que ha implementado Pekín, me parece que son aún insuficientes para revertir esta tendencia.
En Europa, la combinación de alta inflación y bajo crecimiento se perfila como un desafío. Veo un riesgo elevado de recesión, lo cual podría tener un efecto en la demanda global y limitar el crecimiento de las multinacionales, lo que eventualmente afectaría tanto a las economías desarrolladas como a las emergentes.