Es muy habitual que cuando empecemos a hacer trading nos centremos en un activo en concreto, y de hecho es lo conveniente ya que si intentamos abarcar varios al mismo tiempo no lograremos comprender bien cada movimiento ni habituarnos al comportamiento de cada uno de ellos. Sin embargo, en muchas ocasiones ocurre lo mismo, y es que cuando realmente conseguimos controlar bien un gráfico y operarlo de manera consistente, nos asaltan las dudas de si la estrategia que hemos estado utilizando nos servirá también en el momento en que decidamos analizar otro gráfico totalmente diferente. Por ejemplo, si estamos operando un par de divisas, notaremos que al manejar otro par diferente los comportamientos y pautas a seguir no son los mismos, si no que requieren una adaptación diferente.
Por ese motivo, jamás tenemos que tratar todos los gráficos de la misma manera, da igual si estamos operando con divisas o con materias primas. La esencia del análisis sí seguirá siendo la misma, pero tenemos que adaptar determinadas pautas. Cuando analizamos activos con mayor liquidez podemos permitirnos el lujo de concretar mucho más y estar pendientes de determinados matices del precio.
Sin embargo, a medida que la liquidez disminuye, tendremos que generalizar más y emplear, por ejemplo, temporalidades más largo placistas ya que nos encontraremos con un gráfico que puede llegar a presentar más ruido. A medida que alejamos la temporalidad, el ruido tiende a disminuir y se ven las cosas más claras.
Hay mucha diferencia también entre operar Forex y operar materias primas. La dificultad aumenta en el segundo tipo. Por lo general, los pares de divisas son activos mucho más sencillos y con un movimiento mucho más claro, lo que nos permite incluso en ocasiones plantear mayor cantidad de entradas. Sin embargo, las materias primas suelen ser más pausadas y en ocasiones presentar bruscos movimientos, y solo permiten aprovechar entradas en los grandes impulsos, que suelen venir acompañados de confirmaciones en temporalidad superior.
Por ese motivo, dependiendo del activo financiero que tengas pensado operar, tendrás que estudiar muy detalladamente su comportamiento para adaptar tu operativa de trading a la manera que tenga de comportarse y obtener así beneficios consistentes.