El análisis del rendimiento potencial del MSCI World y el S&P500 revela perspectivas interesantes y valiosas para los inversores, especialmente considerando la reciente tendencia alcista del mercado estadounidense y teniendo en cuenta el año electoral en el que estamos. No obstante, hay también muchos riesgos que creemos se están “cocinando” en la trastienda que nos hacen ser cautos en los niveles actuales.
En el caso del índice MSCI World, que incluye acciones de mercados desarrollados en América del Norte, Europa y Asia-Pacífico donde se ofrece una diversificación significativa tanto geográfica como sectorial, esta diversificación puede ser una ventaja crucial para mitigar los riesgos asociados a eventos económicos y políticos regionales. Históricamente, el MSCI World ha mostrado un crecimiento constante, reflejando la salud económica global y beneficiándose de las expansiones de mercado y los avances tecnológicos en diversas regiones. Sin embargo, la forma de acceder a este índice (y al SP500 también) debe ser mediante una estrategia clara, limitando los niveles de salida si el mercado se da la vuelta y usando, por ejemplo, una estrategia de promedio de coste (DCA).
Además, si lanzamos un análisis basado en simulaciones de Monte Carlo, vemos que, al invertir regularmente en el MSCI World utilizando una estrategia de promedios de coste (DCA) como decía, los inversores tienen un 97% de probabilidad de obtener beneficios a lo largo de 30 años, no ajustado por inflación. Aunque el mercado puede ser volátil a corto plazo, las inversiones a largo plazo en índices diversificados como el MSCI World tienden a generar rendimientos positivos, respaldados por la historia de crecimiento económico global. Otra cosa es el corto plazo donde, la fuerte revalorización experimentada en estos años, puede generar situaciones de distribución en una etapa de fin de ciclo que puede estar cercana. De ahí el insistir en entrar de forma “troceada” y espaciada en el tiempo.
En el caso del S&P 500 que ha sido (y es) un líder indiscutible en rendimiento de mercado, especialmente impulsado por el sector tecnológico, observar en 2024 más de 30 máximos históricos intradía, asusta a propios y extraños. Sin embargo y usando datos históricos, invertir en el S&P500 en zona de máximos históricos ha resultado ser una estrategia rentable. Por ejemplo, el retorno total del S&P500 un año después de alcanzar un nuevo máximo histórico fue de 12.7%, comparado con el 12.4% para otros períodos de 12 meses desde 1950. A largo plazo, invertir en momentos de máximos históricos ha generado retornos del 50.4% después de tres años y del 78.9% después de cinco años. Otra cosa es el corto plazo, por ese mismo proceso de distribución que nos podemos encontrar en una etapa tardía del ciclo.
Si miramos al consenso de mercado, se ha elevado el objetivo de precio para el S&P500 a fin de año 2024 a 5,300 puntos, con un caso optimista de hasta 5,400 puntos. Muchos de esos objetivos se lanzan en función de modelos económicos, de valoración y de activos cruzados, que envían señales constructivas, aunque también se observan algunas corrientes cruzadas que podrían limitar las ganancias a corto plazo.
¿Y el futuro?
El mercado estadounidense, liderado por el S&P500, ha estado fuertemente impulsado por el sector tecnológico y de ahí vendrá el desarrollo futuro.
El crecimiento de las 'Siete Magníficas' ha empujado a los 10 componentes principales del S&P 500 a representar más de un tercio del valor del índice, mostrando una valoración de estas megacaps, mucho más altas que el resto del índice. Si se produce una “rotación” a otros sectores, puede ser compensado parcialmente pero, viendo los flujos y el alza de la gestión pasiva, me temo no será una norma.
Eliminar solo ocho de las empresas más grandes del índice lleva el PER forward 12 meses de S&P500 de la 20 veces actuales a cerca de 17,5 veces. Esto sugiere que el mercado está bastante concentrado y que hay una dependencia significativa del rendimiento de un pequeño número de grandes empresas tecnológicas. Y eso no tiene pinta de cambiar.
Si miramos el BPA esperado del S&P500 para 2024, lo tenemos en 237USD, por debajo del consenso que espera algo más. Nuestros modelos de valoración implica que el S&P500 puede llegar a un PER de unas 22 veces para finales de 2024, lo cual respalda cierto recorrido hasta noviembre.
Así las cosas y en un entorno donde no tengamos “sustos” del lado de los tipos y las empresas sean capaces de seguir generando dinero, ambos índices presentan oportunidades valiosas, pero la elección entre ellos dependerá de los objetivos de inversión específicos, la tolerancia al riesgo y la preferencia por la exposición geográfica del inversor. En un entorno de mercado en constante evolución, diversificar y mantener una perspectiva a largo plazo sigue siendo clave para maximizar el crecimiento y minimizar los riesgos. Y el riesgo en un momento de “complacencia” cada vez mayor, no debe ser ignorado.