En este artículo expreso mi optimismo tras ver los primeros resultados y mensajes de la operadora en este 2019, lo que me inclina a pensar en el comienzo de una trayectoria positiva en el valor de la compañía (su cotización ya sabéis que la considero otra cosa)
Se confirmaron sus operaciones de venta en Centroamérica así como el proceso de venta de su negocio mexicano, que promete entrada de caja relevante. Además se confirmó la devolución fiscal de más de 700 millones de euros, que representa un mordisco adicional al endeudamiento.
En cuanto a la lacra de la deuda, confirman que tras incluir cobros posteriores al cierre trimestral, su deuda neta rondaría los 38.700 millones de euros.
A mi juicio Telefónica (MC:TEF) ya no tiene necesidad de seguir la estrategia de venta de activos de forma urgente tras la reducción actual más la orgánica que consiga a final de este ejercicio (sumemos otros 1.200 millones y llegaremos a unos 36.500 millones que confirman la senda correcta a seguir en años venideros con reducción orgánica “sin sangre”). Además os recuerdo que siempre tendrá disponible la salida a bolsa de Londres de su filial O2, cuya valoración parece que superaría los 10.000 millones de euros y por tanto bastaría la venta de una participación minoritaria para dar otro mordisco al apalancamiento.
Hago notar que Telefónica ha empezado a aplicar la nueva NIIF16 por la que entre otras cosas, aumenta la deuda por los arrendamientos financieros (mas de 7.400 millones) pero aumenta el Ebitda al bajar los costes operativos (elimina el gasto de arrendamientos del capítulo de gastos operativos). Creo que es muy importante que este ejercicio lo tengamos en cuenta en términos comparativos y por ello yo particularmente sólo estoy interesado en la deuda financiera como tal. Obviamente mantengo dicho criterio tanto en el Ebitda como en los gastos financieros (epígrafes también afectados por la nueva norma aplicada).
Por último, la compañía ha realizado varias operaciones de refinanciación dentro de lo que se denomina “liability management” que le han permitido aumentar la vida media de su deuda hasta más de 10 años. Yo considero que esto blinda bastante a Telefónica frente a la esperada llegada de los aumentos de tipos en Europa y por tanto disminuye mucho uno de los principales factores de riesgo a mi juicio.
Desde el punto de vista del negocio, presenta crecimientos orgánicos tanto de los ingresos (más del 3%) como del Ebitda (+1%) que de mantener esa tendencia no tardarán en sustituir los negocios vendidos. Dicho crecimiento orgánico de sus ingresos se presenta en casi todas las regiones con especial importancia en Brasil, donde veo que va “como un tiro”. En términos “no orgánicos” la generación de caja es espectacular y a mi juicio debería emplearse en el proceso de refinanciación de la deuda para que este año sea la plataforma financiera de partida.
No me sorprende que la Dirección reitere sus objetivos financieros y de dividendo para el ejercicio tras este trimestre, aunque yo echo de menos algún guiño adicional al accionista de cara al 2020 con un factible incremento en el dividendo, que la compañía podría soportar sin problemas. ¿Es por su filosofía conservadora que pretende asegurarnos su austeridad para con el apalancamiento?¿Es porque aún “no ven clara” la evolución del negocio?
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