Sin duda no está siendo el inicio de año esperado en mercados, pero no debemos negar que respecto acontecimientos económicos que están dominando el mercado, estaban totalmente previstos para este 2022. La subida de tipos de interés, la normalización monetaria, la rotación hacia sectores favorecidos por la subida de tipos de interés o la desaceleración de las tecnológicas según se superaba la pandemia, estaban en la hoja de ruta para este 2022. Sin embargo, el nerviosismo que han generado unas autoridades monetarias que han decidido actuar a tirones, acelerando bruscamente quizás antes de volver a frenar, han llevado a perdidas en los mercados de renta variable y a la vez a ser más exigentes respecto a los resultados empresariales de las compañías.
A parte de la tensión geoestratégica de Ucrania, todo lo que tenemos estaba, más o menos, previsto. Pero las dudas que genera el cambio en las políticas monetarias y la prevención de los inversores ante el resultado en la economía y en los mercados si se realizan de una manera precipitada ha nublado la vista y la percepción de la situación actual. No quiero decir que no haya que tener prevención pero el miedo no debería llevarnos a una visión desenfocada o demasiado pesimista de la realidad. En algunos casos se empieza a hablar de entorno propicio para la recesión o para el inicio de un ciclo bajista en los mercados, una visión en mi opinión demasiado nublada de la realidad.
Cuando visitamos los museos tenemos la costumbre de acercarnos demasiado al observar las obras. Queremos descubrir en las pinceladas la técnica que ha llevado al autor a realizar la obra de arte, buscando como la parte justifica el todo. Pero en realidad el autor no nos quiere mostrar su técnica, lo que quiere es que contemplemos el conjunto y que lo observemos con la perspectiva suficiente para hacernos sentir lo que quiere expresar.
La situación actual con perspectiva es la siguiente: El S&P 500 ha caído un 5,57% en lo que llevamos de año, recordar que en 2021 este índice avanzó un 26% y que las dos últimas semanas las ha cerrado en positivo. El índice más castigado es el tecnológico Nasdaq 100, acumula unas perdidas este año del 9,96%, en 2021 avanzó también un 26% y las dos últimas semanas las ha cerrado en positivo. El año 2021 fue un año plácido sin correcciones relevantes, no parecía descabellado pensar que iban a llegar en 2022, especialmente en el sector tecnológico.
Los resultados empresariales del último trimestre, que tan mal parecen haber sentado, han supuesto un incremento medio de un 28,5% de beneficios por acción frente a un estimado del 19,8%. Todos tenemos en mente las peores previsiones de Netflix (NASDAQ:NFLX) y Meta (NASDAQ:FB) que les ha hecho recibir un duro correctivo en bolsa, pero son solo dos compañías. En el caso de Netflix muy beneficiada por la pandemia y en el caso de Meta un modelo de negocio que esta maduro y con una competencia creciente. Quizás no debería ser una sorpresa que en el entorno actual determinadas compañías tengan peores previsiones en beneficio de otras.
Como tampoco debería ser una sorpresa que las tires de la deuda y los bonos repunten, ante las futuras subidas de tipos y reducciones de balance de los bancos centrales. La renta fija es uno de los activos que no es aconsejable mantener este año, a excepción que se quiera llevar a termino. Va a ser muy difícil obtener un retorno para cualquier duración, pero pueden ser fuente de oportunidades en la recta final del año, si como esperamos la inflación se modera.
Una inflación que está en el origen de la volatilidad de este principio de año, pero que puede ir perdiendo fuerza a partir del mes de marzo, según se normalicen las cadenas de suministros o el coste de la energía se reduzca . La inflación va a seguir siendo fuente de volatilidad y vamos a tener que seguirla de cerca, precisamente el jueves de esta semana se publica la inflación del mes de enero de EE.UU. Se espera una inflación del 7,3%, por encima de esta cifra podemos volver a ver nerviosismo en el mercado. Por lo que han demostrado los bancos centrales el ímpetu en sus medidas de normalización monetaria van a depender de este dato y por lo tanto las reacciones del mercado también. Deberíamos tener paciencia hasta que llegue la primavera y no sobre reaccionar ante esto.
Sin duda, estamos en un momento de cambio; cambio de políticas de tipos, monetarias y de sectores protagonistas. Pero por delante no tenemos una recesión o un cambio de ciclo bursátil inminente. Estamos en tiempo de rotación y el inversor debe interpretar bien este momento. Para este año siguen siendo validas las recetas que llevo transmitiendo desde finales del pasado año: Reducir renta fija en beneficio de la renta variable y realizar una asignación sectorial adecuada al momento, es decir, aumentar sector financiero, sector consumo o turismo y reducir posicionamiento en tecnología. Apoyarse en compañías beneficiadas por la subida de tipos, la eliminación de restricciones y la transición energética.
Esta semana, además del dato de la inflación en EE.UU. deberíamos estar pendientes de la evolución de la tensión geoestratégica en Ucrania y de las siguientes citas macroeconómicas:
Lunes: PMI de servicios y compuesto en China. Confianza del inversor en la zona euro.
Martes: Producción industrial de España. Balanza comercial de EE.UU.
Miércoles: Producción industrial de España. Balanza comercial de Alemania. Inventario de petróleo crudo de la AIE en EE.UU.
Jueves: Previsiones económicas de la Unión Europea. IPC del mes de enero en EE.UU. Nuevas peticiones de subsidio de desempleo en EE.UU.
Viernes: PIB y balanza comercial de Reino Unido. IPC de Alemania. Confianza del consumidor de la universidad de Michigan en EE.UU.