La disfunción en el Congreso es galopante y los inversores están realmente preocupados por la inflación. Eso está manteniendo muy elevado el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense.
El rendimiento de los bonos del Tesoro de referencia a 10 años se situó justo por debajo del 1,5% en un inicio de semana plano, tras haber superado holgadamente ese nivel la semana pasada.
Pero las acciones —especialmente las sobrevaloradas acciones tecnológicas— se han desplomado. Los analistas han culpado al fuerte rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense, que a su vez según ellos han sido resultado de la inflación y de la remota posibilidad de un impago de la deuda.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha cedido ante su fuerte bloque progresista y ha incumplido su promesa de celebrar una votación la semana pasada sobre el proyecto de ley bipartidista de infraestructuras ya aprobado por el Senado.
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, ha establecido el 31 de octubre como fecha límite para aprobar la legislación sobre el gasto en infraestructuras y política social, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, se ha mostrado más tajante al afirmar que el Gobierno se quedaría sin dinero para el 18 de octubre. Los analistas afirman que la verdadera fecha podría ser a principios de noviembre.
El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, reiteró su determinación de impedir que los republicanos voten un aumento o una suspensión del techo de la deuda, insistiendo en que los demócratas asuman la responsabilidad, ya que quieren aprobar los proyectos de ley de gasto masivo sin los votos republicanos.
Menuda casa de locos. Afortunadamente, la economía parece lo suficientemente fuerte como para capear el temporal político.
Subida de precios en Estados Unidos y en la zona euro; nerviosismo por el techo de la deuda; datos de empleo
El problema económico subyacente es la inflación. James Bullard, director del Banco de la Reserva Federal de San Luis, ha dicho que la inflación podría seguir siendo elevada durante algún tiempo, ya que sus contactos en las empresas le dicen que no tienen problemas para subir los precios.
Los datos sobre el gasto de los consumidores publicados el viernes mostraron un aumento del 0,8% con respecto al mes anterior, ya que el ahorro y la demanda acumulada durante la pandemia desataron el gasto y demostraron por qué las empresas no tienen problemas para subir los precios.
Bullard ha estado presionando para una acción más agresiva por parte de la Fed para frenar la inflación. Incluso el presidente de la Fed, Jerome Powell, que lleva mucho tiempo insistiendo en que esta inflación es transitoria, reconoció la semana pasada que se estaba siendo más elevada y persistente de lo que preveía.
A Bullard le preocupa que la gente empiece a percibir estos niveles elevados de inflación como la norma; que las expectativas de inflación se tambaleen son el peor temor de los responsables de la política monetaria.
El debate sobre el techo de la deuda es lo que más está afectando al rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a corto plazo, ya que el rendimiento de los bonos del Tesoro a un mes se disparó más de 2 puntos básicos hasta alcanzar el 0,1450%.
La atención de los inversores también se centra en los datos de empleo que se publican esta semana. El miércoles se publica el informe mensual de empleo de ADP y el viernes los datos de empleo no agrícola de la Oficina de Estadísticas Laborales. Todo apunta a que las cifras serán lo suficientemente buenas como para que la Fed dé luz verde a la reducción de sus compras mensuales de bonos por valor de 120.000 millones de dólares.
Pero la preocupación en torno a la inflación podría contrarrestar cualquier señal positiva, ya que los inversores querrán impulsar el rendimiento de los bonos para seguir el ritmo de la inflación y el riesgo de una acción más rápida por parte de la Fed para subir los tipos de interés. Bullard, por ejemplo, habla ya de dos subidas de tipos el año que viene.
En Europa, el crecimiento y la inflación también están repuntando y presionando a los bancos centrales para que reduzcan los estímulos monetarios. El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, dijo la semana pasada que el Comité de Política Monetaria del banco central, compuesto por nueve miembros, se dispone a subir los tipos de interés si es necesario para frenar la inflación.
Según los datos publicados el viernes, la inflación de Alemania alcanzó en septiembre su cota más alta de los últimos 29 años, un 4,1%, ya que la escasez de energía ha impulsado la subida de los precios. Los precios de los alimentos también han registrado fuertes subidas. La inflación de Francia alcanzó un 2,7% anualizado en septiembre, la cota más alta de los últimos 10 años en esta nación.