Las actas de la última reunión de política monetaria de la Fed dejaron en claro que el organismo demorará en tomar decisiones que impliquen nuevas alzas de tipos de interés, a menos que cambie la situación actual de los mercados en lo inmediato.
Esto último aparece como prácticamente improbable, habida cuenta del alto nivel de incertidumbre que rige en las plazas financieras centrales. La impresión que queda es que el movimiento de tipos de diciembre terminó por desacomodar el frágil equilibrio económico global.
En el mercado de divisas queda manifestado a través de alzas y bajas violentas, intervenciones, y versiones de todo tipo. En medio de esta situación, por ejemplo, el Banco de México tomó la decisión de defender a su moneda, el peso, de mayores males, e intervino en el tipo de cambio en la víspera. Así, luego de rozar 19,50 por dólar, el peso llegó el miércoles a 17,95, desde donde está nuevamente perdiendo valor, aunque en forma más atenuada.
El caso del peso es emblemático: la caída del petróleo, la revaluación del dólar en todos los frentes, y problemas económicos internos de México, llevaron a la paridad USD/MXN a su máximo histórico en reiteradas oportunidades en los últimos meses. Pero en verdad, todas las monedas vinculadas al petróleo atraviesan trances similares. El dólar canadiense llegó a 1,47 hace pocos días, y no se aleja de 1,40, entre otras.
Poco a poco, parece que el mercado del petróleo marca el terreno en términos del ánimo de los inversores, situación que en los últimos días parece de todas formas atenuarse.
En este contexto complejo, el euro y el yen parecen haber perdido sus ímpetus alcistas de las semanas anteriores. Sin embargo, ambas monedas se mueven en estrechos rangos de precios, a la espera de novedades que terminen definiendo una dirección para los próximos tiempos.
El euro transita la zona de 1,11, pero su tendencia actual de corto plazo es lateral. El quiebre de 1,1050 podría dar inicio a un movimiento mucho más acentuado a la baja, apuntando a 1,08, piso desde donde creció en pocos días a sus máximos del año.
El yen, en tanto, parece haber entrado más en calma, luego de que en la sesión del lunes, el índice Nikkei diera la nota con un alza notable. Si bien la divisa nipona sigue en un camino de recuperación, los gráficos de corto plazo muestran que tiene más para perder que para ganar en lo que queda de la semana.
La sesión americana del jueves tendrá como atractivos las peticiones semanales de desempleo, el índice de la Fed de Filadelfia, y los inventarios de petróleo, retrasados un día esta semana.
A su vez, la apertura de la sesión bursátil en Nueva York podría mover al dólar en forma decisiva. La divisa estadounidense se perfila, en la mayoría de los cruces, con tendencia alcista para el resto de la sesión.