– El hecho más importante ocurrido la semana pasada fue la reunión sobre política monetaria que realizó el FOMC de la Reserva Federal de los Estados Unidos. En la posterior rueda de prensa su presidente, Ben Bernanke, dijo que era probable que se ajuste en el futuro el ritmo de las compras de activos, la que se ha mantenido en USD 85.000 millones mensuales desde el año pasado. Bernanke señaló que se ha observado una importante mejoría en el mercado laboral en los últimos meses, pero que la Fed quiere asegurarse de que dichos avances no sean temporales antes de cambiar su política expansiva. Los funcionarios de la Fed esperan una tasa de crecimiento levemente menor y un nivel de desempleo más bajo en los años venideros, en proyecciones que también muestran que una gran mayoría de ellos aún espera que la primera alza de tasas llegue en 2015.
Las expectativas de inflación del banco central han cobrado mayor importancia desde que la Fed adoptó metas que determinarán cuándo el banco central elevará las tasas. Los funcionarios dicen que mantendrán las tasas de corto plazo cerca de cero por ciento hasta que el desempleo caiga bajo 6,5%, en tanto la inflación prevista permanezca por debajo de 2,5%. Y también hubo otro tema que fue adquiriendo importancia y llegó a preocupar mucho al filo de la semana: la crisis ocurrida en Chipre, otro socio de la eurozona con serios problemas. Durante el anterior fin de semana la troika (CE, BCE y el FMI) acordó un plan de rescate financiero para Grecia que establecía un impuesto a los depósitos de los ahorristas, proyecto que provocó una airada reacción de los ciudadanos. Como respuesta a los reclamos el Gobierno chipriota presentó un plan B con rebajas en las tasas propuestas, que fueron tratadas por el Parlamento el viernes pasado por la tarde.
Sin debate previo y por unanimidad, los diputados aprobaron la creación de un Fondo de Solidaridad Nacional y la ley para restringir las transacciones financieras, los dos ejes de la alternativa presentada al rescate propuesto por el Eurogrupo. Así, el denominado “plan B” consta de un total de nueve proyectos de ley y enmiendas de otras en vigor, pero no incluye todavía la tasa a los depósitos. El objetivo del plan es reunir los 5.800 millones de euros que exige la troika a cambio del rescate de 10.000 millones de euros. Y en ese complicado escenario la moneda única mostró una fuerte volatilidad, con un mínimo semanal en 1,2860 y máximo en 1,3000. Mientras, en los Estados Unidos se conocían nuevos buenos datos sobre su economía. Al cierre del viernes el euro cotizaba en New York USD 1,2980.
AUMENTAN LAS PRESIONES Y DISMINUYEN LAS RESERVAS
PANORAMA ARGENTINO – El protagonista indiscutible de la semana pasada fue, nuevamente, Guillermo Moreno, ahora envalentonado por haber sido confirmado por la presidenta Cristina Fernández para seguir siendo el conductor de la batalla contra el dólar en el mercado paralelo.
Así y con su voluntarismo exacerbado al máximo volvió el jueves pasado a accionar en el mercado a través de sus “operadores amigos”, con el objetivo de obligarlos a frenar la demanda que había llevado el valor del dólar a rozar los nueve pesos. Primero los conminó a bajarlo de los $ 8 y al día siguiente los amenazó para que lograran llevarlo a no más de $ 6. Por supuesto, nadie cree que el polémico funcionario pueda tener éxito en esta nueva “patriada” y menos teniendo como laderos a quienes actúan fuera de la ley. Pero esto no fue todo. Es evidente también el mal humor que existe entre los funcionarios de más alto nivel, que parecen no saber qué hacer.
Queda claro que no hay acuerdos ni recetas para lograrlos. Y así crecen los rumores y trascendidos. Por un lado, la presidenta sorprendió cuando amenazó con abrir las importaciones para frenar el aumento de los precios y, por otro, la propuesta de desdoblar el mercado. Pero quedó claro que no habrá marcha atrás con el cepo cambiario.
Sin embargo, los economistas serios proponen liberar el tipo de cambio, siendo poco probable que pueda llegar a los niveles máximos del paralelo, junto con un fuerte freno a la emisión monetaria. Mientras, desde el Uruguay se supo que el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, en una reciente reunión con empresarios de la alimentación les dijo categóricamente, “señores olvídense de la Argentina para exportar” y también pudo trascender que en la última reunión del Club de París, realizada el 27 de febrero último, el Reino Unido, Estados Unidos, España y Alemania ratificaron que, en el futuro, votarán en contra de la Argentina en los directorios de los organismos internacionales de crédito. Y en ese escenario tuvo que actuar el MULC argentino, destacándose la novedad de que tras tres días de mantener los cierres diarios del tipo de cambio mayorista casi sin movimiento, el jueves y el viernes el BCRA decidió ajustarlo al alza un centavo y medio, fijando el Banco Nación su cierre semanal vendedor de transferencia en $ 5,1100, siendo el ajuste aplicado del 0,4% al cabo de las cinco jornadas.
El volumen operado entre las entidades bancarias fue de USD 1.062 millones, con un promedio diario de USD 212 millones, un 7% menor al de la semana anterior. El saldo de las intervenciones del BCRA en el mercado resultó negativo en unos USD 13 millones y las reservas internacionales mostraron una nueva caída, esta vez de USD 292 millones, sumando al cierre del viernes USD 40.950 millones, su menor monto desde el 4 de junio de 2007. Al cierre del viernes pasado en el mercado de futuros de New York el peso/dólar cotizaba a un año a $ 7,3638 (44%).