Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Las compañías farmacéuticas están haciendo progresos significativos hacia el desarrollo de una vacuna exitosa pero, según los mercados, no lo suficientemente rápido. Si tenemos suerte, se aprobará una vacuna antes de finales de este año, pero la distribución a la población no se producirá hasta 2021. Mientras tanto, los nuevos casos de virus están aumentando a tasas alarmantemente rápidas en todo el mundo, sembrando el pánico entre los inversores preocupados por una recesión de doble caída. Las acciones se han vendido por segunda jornada consecutiva, ya que el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años desciende un 8%. El dólar ha perdido posiciones frente al euro, el yen japonés y el franco suizo. Europa va camino de una contracción en el cuarto trimestre y los mercados estadounidenses temen que Estados Unidos vaya detrás.
Podría ser sólo cuestión de días que los nuevos casos de virus diarios superen los 200.000 casos en Estados Unidos. Incluso aunque Moderna, que dice que publicará sus datos en los próximos días, publique unos resultados positivos, el brote actual podría colapsar el sistema hospitalario dificultando el reparto de respiradores y otros tratamientos que limiten las tasas de mortalidad. Los estados tienen ante ellos la difícil decisión de dejar que los casos multipliquen o controlar el virus con nuevas restricciones. Muchos han optado por esto último, incluyendo Chicago, que ha ordenado un confinamiento de 30 días y ha pedido a la población que cancelen las reuniones de Acción de Gracias. Detroit ha cancelado las clases presenciales y Nueva York ha ordenado el cierre de restaurantes, bares y gimnasios a las 10 de la noche y han limitado las reuniones a 10 personas. Todas estas medidas tienen consecuencias negativas para la economía y, lamentablemente, se esperan restricciones más duras en más estados.
Por todas estas razones, no es de extrañar esta vuelta de la aversión al riesgo. Los precios al consumo también se han estancado en octubre en lugar de subir un 0,1% como esperaban los economistas. El presidente de la Reserva Federal, Powell, ha dicho que el Congreso y la Fed tienen que hacer algo más. A los inversores no les gustó la decisión de la Casa Blanca de dar un paso atrás en las conversaciones de estímulo y en los planes del presidente Trump de probar una orden ejecutiva que prohibiría a los estadounidenses comprar o vender acciones de ciertas empresas chinas. Creemos que la aversión al riesgo persistirá, con más pérdidas para el par USD/JPY y otras de las principales monedas beta.
Sorprendentemente, el euro ha sido una de las únicas monedas que ha superado la actuación del dólar estadounidense. A pesar de la disminución de la producción industrial de Alemania, el actual rebrote del virus y la advertencia de la canciller alemana, Angela Merkel, de que las restricciones podrían extenderse hasta diciembre, la moneda única se ha mostrado notablemente resistente. Los flujos antidólar son la única explicación porque las perspectivas para la eurozona son sombrías. El 2 de noviembre, se ordenó el cierre de todas las instalaciones de entretenimiento, restaurantes y bares, excepto comida para llevar, se cancelaron grandes eventos y se emitió la recomendación de teletrabajo. En Francia, las hospitalizaciones han superado su pico de abril, con una tasa de una persona ingresada en el hospital cada 30 segundos debido al COVID. Si esta tendencia no mejora, es posible que tengan que tomar nuevas medidas, todas desastrosas para el euro.
Sin embargo, la moneda de peor rendimiento este jueves ha sido la libra. Esta caída no es sorprendente teniendo en cuenta que el Reino Unido también ha impuesto restricciones, que las conversaciones sobre el Brexit no van a ninguna parte y que el PIB del tercer trimestre y las cifras de producción industrial del Reino Unido fueron más débiles de lo esperado. Una semana después de imponerse las medidas, los nuevos casos de virus diarios han registrado máximos históricos. Por lo general, las restricciones tardan de dos a tres semanas en tener un impacto significativo en el número de casos. La próxima semana tendremos una mejor visión de si el Gobierno del Reino Unido tiene que tomar más medidas. Las tres divisas vinculadas a las materias primas también han sucumbido a la venta, encabezando la caída el dólar australiano tras las tensiones comerciales chino-australianas.