Esperamos un inicio de semana tranquilo en las bolsas europeas, en el que los principales índices abrirán sin una tendencia clara y en el que, nuevamente, los bancos centrales serán protagonistas. Así, y en una semana de escasas referencias macroeconómicas, el foco de atención de los inversores girará hacia las actas de la última reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal estadounidense (FOMC), que se publicarán el próximo miércoles.
Cabe recordar que en la mencionada reunión hubo tres miembros disidentes que apoyaron una inmediata subida de tipos de interés. Es por ello que habrá que analizar sus argumentos y cotejarlos con las últimas cifras macroeconómicas dadas a conocer en EE.UU., que apuntan a un repunte de la actividad en el inicio del cuarto trimestre de 2016 –el ISM de servicios se situó cerca de su nivel más alto en un año-.
Además, los datos sobre el mercado laboral estadounidense conocidos el pasado viernes, y correspondientes al mes de septiembre, a pesar de quedar por debajo de lo esperado por los analistas no fueron malos, por lo que no sirven para descartar una subida de tipos oficiales antes de finales de año. En este sentido, señalar que se pudo apreciar un ligero repunte de la tasa interanual de crecimiento de los salarios, así como de las horas medias trabajadas por semana y de la tasa de empleabilidad. Además, 400.000 nuevas personas ingresaron en el mes en el mercado de trabajo.
En nuestra opinión, y tras escuchar las manifestaciones recientes de varios miembros de la Fed, lo más probable, y salvo que ocurra algo no contemplado en el plano político o económico, es que el banco central estadounidense suba un cuarto de punto su tasa de interés oficial a corto plazo en su reunión de diciembre. Descartamos la de noviembre ya que la reunión del FOMC tendrá lugar poco antes de las elecciones presidenciales y entendemos que la Fed no querrá interferir en el resultado de las mismas con una medida que puede tensionar los mercados.
Por lo demás, señalar que otro importante foco de atención será el brexit, por lo que habrá que seguir muy de cerca la evolución de la libra esterlina. La semana pasada, y tras las manifestaciones de la primera ministra británica y de algunos de sus ministros en las que anteponían el control de la inmigración a cualquier negociación sobre el acceso al mercado único, la divisa británica cedió más del 6% frente al dólar –ya se ha depreciado el 17% desde antes de la celebración del referéndum-, lo que refleja la evidente preocupación de los inversores por la actitud del Gobierno de Londres, que apunta a un brexit “duro”.
En este sentido, señalar que este fin de semana las principales asociaciones empresariales británicas han emitido un comunicado advirtiendo al Gobierno británico del impacto que su actitud podría terminar teniendo en la inversión empresarial y en la economía del país. Ahondando en este tema, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha señalado este fin de semana que si bien a corto plazo el brexit ha tenido un impacto menor del esperado, a medio/largo plazo sus efectos son impredecibles.
Entendemos que cuando Draghi habla de impredecibles quiere alertar de los posibles impactos negativos del brexit, sobre todo si se impone la opción de que la ruptura entre el Reino Unido y sus socios de la UE sea brusca.
Por último, señalar como otro importante factor a seguir el precio del crudo. Así, señalar que Rusia se ha mostrado este fin de semana abierta a llegar a un acuerdo con los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en lo que hace referencia a la congelación de la producción, aunque para ello espera que los miembros del cártel inviten a los productores “no OPEP” a sumarse al acuerdo.
Dicho esto, señalar que creemos que el precio del crudo “lo tendrá difícil” a partir de ahora, ya que se enfrenta a importantes resistencias técnicas. Habrá que seguir de cerca las distintas declaraciones de los países de la OPEP para poder comprobar si finalmente el acuerdo se hará afectivo o no. En este sentido, señalar que el Gobierno de Iraq ha indicado a las empresas de su país que sigan incrementando la producción, algo que parece contradecir el principio de acuerdo alcanzado hace dos semanas en Argelia.
Además, esta semana comienza de forma oficiosa la temporada de publicaciones de resultados empresariales, correspondientes al tercer trimestre 2016, en EE.UU. con los de la multinacional del aluminio, Alcoa (NYSE:AA), que se darán a conocer mañana (T:9202). En principio, se espera que los resultados de las compañías del S&P 500 vuelvan a caer en términos interanuales, lastrados por los de las compañías energéticas.
De ser así, se ahondaría aún más en la recesión de resultados por la que atraviesa EE.UU., al elevarse a cinco los trimestres en los que éstos han retrocedido de forma consecutiva. Como es habitual, las revisiones a la baja de los analistas han vuelto a dejar el listón muy bajo, por lo que lo normal es que la mayoría de las cotizadas en Wall Street sean capaces de superarlo. En este sentido, habrá que estar muy atentos a la evolución de las ventas de estas compañías que, a fin de cuentas, es la partida que mejor muestra el estado de la demanda.
Por último, señalar que entre los principales datos macro que se publicarán esta semana destacaríamos los índices ZEW de octubre, indicadores que miden el sentimiento que los grandes inversores y analistas tienen sobre el devenir de la economía alemana (se publicarán el martes), así como las ventas minoristas estadounidenses de septiembre y el índice de sentimiento de los consumidores de octubre (lectura preliminar), que se dará a conocer el viernes. A pesar de la relevancia de todos ellos, entendemos que serán los factores antes indicados los que monopolizarán la atención de los inversores.