Iniciamos una nueva semana en los mercados financieros europeos con la crisis de la península de Corea y con el BCE como principales protagonistas. Así, y para empezar, los inversores reaccionarán a la nueva provocación del régimen comunista de Corea del Norte, que este fin de semana ha realizado su sexta prueba nuclear, la mayor de las llevadas a cabo hasta el momento
La reacción de condena de la comunidad internacional ha sido mayoritaria, lo que entendemos que, como se ha demostrado hasta ahora, no va a servir de nada, ya que el régimen norcoreano, que hasta hace poco era “tutelado” por China, parece “fuera de control”.
En este sentido, destacar que el secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, avisó ayer al Gobierno de Corea del Norte que cualquier ataque contra intereses estadounidenses o contra sus aliados provocaría una respuesta militar masiva. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, es muy complicado determinar cuál es la estrategia del régimen y qué es lo que pretende lograr. De cara a los mercados financieros, esta crisis seguirá siendo un lastre, con muchos inversores optando por tomar posiciones más defensivas o manteniéndose al margen de los mismos.
De momento, y en los mercados asiáticos, la reacción inicial ha sido la esperada, con los inversores optando por reducir posiciones en renta variable y apostando por aumentarla en yenes, uno de los activos que viene funcionando como “refugio” en los últimos tiempos. No obstante, señalar que, a medida que ha avanzado la jornada, los ánimos se han ido calmando, revirtiéndose algunos de estos movimientos.
Pero aparte de la crisis coreana, la semana tendrá otra importante cita para los inversores cuando el jueves se reúna el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE). En los últimos días de la semana las agencias de noticias internacional han venido filtrando “mensajes” cuyo origen, aparentemente y si damos fiabilidad a las mismas, provenían directamente de la institución. Así, el jueves Reuters señaló que los miembros del Consejo de Gobierno del BCE estaban preocupados por la fortaleza del euro, lo que podría retrasar cualquier decisión en relación al inicio de la retirada de estímulos.
Por su parte, su competidora Bloomberg el viernes “filtró” que los miembros del Consejo podrían no estar preparados para anunciar el inicio del proceso de retira de estímulos hasta la reunión de diciembre. Es evidente, si estas noticias recogen la realidad, que el BCE está intentando preparar al mercado, mandando el mensaje de que, por ahora, no habrá noticias sobre este tema. Ya dijimos en algún comentario que no esperábamos nada de la reunión de septiembre y que sería en octubre cuando el BCE daría a conocer “sus cartas”.
No obstante, habrá que estar pendiente de la rueda de prensa que dé tras la reunión del Consejo de Gobierno el presidente de la institución, Mario Draghi, ya que va a ser complicado para él explicar cómo con una economía que crece en la zona euro al ritmo más elevado en años y con una inflación que comienza a repuntar el BCE no se plantea por ahora tratar el tema del inicio de la retirada de estímulos.
Por lo demás, señalar que la agenda macro será menos intensa que la de la semana pasada, destacando mañana la publicación en Europa de las lecturas finales de agosto de los índices adelantados de actividad de los sectores de los servicios, los PMIs servicios, índices que se publicarán el miércoles en EE.UU. –se retrasa un día su publicación al ser hoy festivo en este país-. En principio se espera que estos indicadores confirmen, como ya lo hicieron el viernes sus homónimos del sector de las manufacturas, que las principales economías desarrolladas siguen creciendo a buen ritmo en el tercer trimestre de 2017, lo que son, en principio, buenas noticias para las compañías cotizadas y para los mercados de valores en su conjunto.
Para empezar, esperamos que las bolsas europeas abran moderadamente a la baja, lastradas por el temor a que la tensión política en la península de Corea se incremente y pueda derivar en un conflicto de mayor envergadura. Por lo demás, el hecho de que Wall Street esté cerrado por la celebración en EE.UU. del Día del Trabajo, limitará la actividad en las plazas europeas, que se mostrarán como en otras ocasiones huérfanas de esta referencia.
Señalar, por último, que es posible que se observen algunos “movimientos defensivos” en los mercados como consecuencia de la crisis coreana, lo que debería favorecer el comportamiento de los bonos y, en los mercados de renta variable, el de los valores como las utilidades, la sanidad, consumo básico o las telecomunicaciones, considerados como más seguros por la recurrencia y mayor visibilidad de sus resultados, así como por su menor dependencia del ciclo económico.
En sentido contrario, bancos y valores relacionados con las materias primas y los metales deberían mantener un peor comportamiento relativo al mercado en estas circunstancias.