Tras los fuertes descensos que han experimentado los principales índices bursátiles mundiales en el mes de diciembre, tradicionalmente un mes positivo para la renta variable, muchos inversores se preguntan qué es lo que están descontando los mercados. En este sentido, señalar que el escenario macro se ha deteriorado sensiblemente en términos generales, con economías como la de la Zona Euro, Reino Unido, Suiza, China o Japón experimentando una significativa ralentización de sus ritmos de crecimiento, aunque ninguna de ellas parece estar, por el momento, encaminada a la recesión. Tampoco parece que este sea el caso de la economía estadounidense, que en el 3T2018 siguió creciendo a una tasa anualizada superior al 3%, que parece puede sostener en el 4T2018 impulsada por el consumo privado -la temporada de compras navideñas ha sido una de las mejores en años-. No obstante, y como ya señaló la Reserva Federal (Fed) en sus nuevas proyecciones la semana pasada, este elevado ritmo de expansión se ralentizará en 2019, para acercarse al 2%, tasa muy alejada no obstante de una recesión. Así, el escenario macro que se maneja, aunque más débil que el de los últimos años, no es el desastre que parecen estar anticipando las bolsas.
Además, si bien las expectativas de crecimiento de los resultados empresariales se han revisado a la baja de cara a 2019, todavía muestran ritmos saludables de expansión. Así, para las empresas del S&P 500, los analistas estiman ahora un aumento del beneficio por acción en 2019 del 7,6% (datos de FactSet (NYSE:FDS)) que, aunque es muy inferior al 22% estimado para 2018, sigue siendo saludable, más aún si tenemos en cuenta que no se repetirá el efecto positivo de la rebaja impositiva como ha ocurrido en el presente ejercicio. Por su parte, los analistas esperan que el beneficio por acción de las compañías del Euro Stoxx crezca a una tasa del 9,7%, muy por encima del 2,6% que lo ha hecho en 2018. Si bien es cierto que los analistas suelen ser “optimistas”, en ambos casos las tasas de crecimiento presentan margen suficiente para ser revisadas a la baja sin justificar en modo alguno el fuerte castigo recibido por los índices en los últimos meses del presente año.
Entonces, si tanto a nivel macroeconómico como empresarial el escenario parece “bajo control”, qué es lo que está precipitando a los principales índices a entrar en “mercado bajista” -ocurre cuando ceden más del 20% desde sus recientes máximos-. En este sentido, señalar que en Europa índices como el FTSE Mib italiano, el Dax alemán o, más recientemente, el Ibex-35, ya han entrado en mercado bajista, con el CAC francés, el Euro Stoxx 50 y el Euro Stoxx a las puertas de hacerlo. Por su parte, en Wall Street, el Russell 2000 y el Nasdaq Composite superaron esta barrera hace días, mientras que el S&P 500 y el Dow Jones han estado a punto de hacerlo. Otros activos como el petróleo o algunas de las principales materias primas minerales también lo han hecho. Todo parece indicar que el entorno político mundial, especialmente el europeo, ha generado una elevada incertidumbre entre los inversores, provocando que muchos de ellos vengan desde el pasado verano deshaciendo sus posiciones de mayor riesgo, lo que ha afectado especialmente a la renta variable. Aun así, y dado que esta elevada incertidumbre no ha logrado hacer descarrilar la recuperación económica mundial, que sí desacelerarla, no vemos en ella una razón lo suficientemente sólida para provocar la crisis actual por la que atraviesan los mercados de renta variable. Sí creemos que justifica parte de la corrección, pero no su totalidad.
Por tanto, tendremos que centrarnos en la operativa de los mercados en sí misma, y ésta sí que es verdad que ha cambiado muchos en los últimos años con i) las limitaciones regulatorias a los grandes bancos y casas de bolsas a la hora de tomar posiciones por cuenta propia y, por tanto, de ejercer como contrapartidas en los mercados secundarios, lo que ha tenido un impacto dramático en la liquidez de muchos de ellos; ii) el desarrollo de la operativa de alta frecuencia; iii) la gestión aplicando modelos basado en algoritmos así como el fuerte crecimiento experimentado por la gestión pasiva, que se limita a replicar a los índices, lo que, en ambos casos, provoca un efecto “manada” tanto al alza como, ahora, a la baja, exagerando los movimientos de los precios de los activos. Así, quizás, la fuerte corrección de las bolsas a la que estamos asistiendo la esté provocando en gran medida su “nueva operativa”, la cual está condicionando su actual comportamiento.
Pero, como hemos señalado, esta nueva forma de operar impacta tanto a la baja como al alza. Un ejemplo de ello fue el fuerte rebote que experimentó ayer la bolsa estadounidense sin aparente motivo. Si bien es verdad que el nivel de sobreventa era elevado y que muchos inversores mantenían posiciones cortas en muchos activos, la reacción de AYER volvió a estar condicionada en gran manera por “las maquinitas” y por el efecto “manada” que generan.
Así, tanto el Dow Jones, que subió más de 1.000 puntos en la sesión, como el S&P 500, que lo hizo 117 puntos, experimentaron sus mayores alzas en términos de puntos de su historia, mientras que en términos porcentuales sus ganancias fueron las mayores desde el mes de marzo de 2009. Así, hemos pasado en sólo un día de la “peor” sesión de la historia previa a Nochebuena, a una sesión alcista de récord. Los sectores más castigados en la reciente corrección, consumo discrecional, energía y tecnología, fueron los que más terreno recuperaron durante la jornada, mientras que los defensivos, que lo venían haciendo sensiblemente mejor que el mercado en su conjunto, se quedaron AYER rezagados.
Destacar igualmente el repunte del 8,7% que experimentó el precio del crudo en su variedad WTI, el mayor de esta variable en dos años. Tampoco hubo razones de peso que explicaran este rebote, aunque, como hemos señalado ya en ocasiones, el petróleo actúa desde hace tiempo como un activo financiero más, rigiéndose su operativa, por tanto, por los mismos criterios.
En principio, HOY esperamos que las bolsas europeas “celebren” con fuertes alzas el extraordinario comportamiento de AYER de Wall Street. Cuánto durará “la alegría” en los mercados es toda una incógnita. De momento los futuros de los principales índices bursátiles estadounidenses vienen a la baja, lo que parece indicar que HOY no continuará “la fiesta” en Wall Street, aunque todo puede cambiar a lo largo del día. Esperamos que los sectores de corte más cíclico y los valores de crecimiento sean los que mejor lo hagan HOY en las plazas europeas, quedando en principio los defensivos más retrasados.
Por lo demás, comentar que la agenda macro y empresarial del día es muy ligera, destacando únicamente la publicación esta tarde en EEUU del índice de confianza de los consumidores del mes de diciembre y de las ventas de nuevas viviendas de noviembre, datos que no creemos que vayan a condicionar en medida alguna el comportamiento de los mercados.