AYER se impuso en las bolsas occidentales el temor a que los rebrotes del Covid-19 que se están produciendo en algunos países pudieran terminar afectando a la incipiente recuperación económica al optimismo que la marcha de la misma está generando entre muchos inversores, lo que terminó reflejándose en el comportamiento de los principales índices de los mercados de valores europeos y estadounidenses, los cuales cerraron la sesión con sensibles caídas. Las bolsas europeas también se vieron penalizadas durante la jornada por la publicación por parte de la Comisión Europea (CE) de sus estimaciones macroeconómicas de verano, en las que la institución volvió a revisar a la baja sus expectativas para la mayoría de las economías de la región, tras advertir que el impacto de las medidas de confinamiento y de paralización de la actividad adoptadas por los gobiernos de la Eurozona iban a tener finalmente un mayor impacto negativo en la economía de lo en principio por ellos calculado.
Además, la CE dijo que la recuperación no será igual en todos países de la región, algo que en gran medida es consecuencia de la situación de partida de los distintos países antes de la pandemia, con algunos como España, Francia o Italia presentando importantes desequilibrios estructurales en sus economías -un elevado déficit estructural en los dos primeros casos y una deuda descomunal en el tercero-. Pero los malos augurios no se limitaron a estas nuevas estimaciones de crecimiento dadas a conocer por la CE, ya que la OCDE también aportó “lo suyo”, al señalar que el desempleo en los principales países desarrollados alcanzará a finales de ejercicio sus niveles más altos desde la Gran Depresión.
Por último, señalar que en EE.UU. algunos indicadores de actividad menores, como el tráfico en centros comerciales o las reservas en restaurantes, muestran que a partir de la segunda mitad de junio la recuperación que estaba experimentando el consumo privado se ha estancado, algo que coincide con el fuerte incremento de casos de coronavirus en algunos estados del sur y del oeste del país. Toda esta batería de “malas noticias” provocó AYER que los inversores en las bolsas europeas y estadounidenses se decantaran por realizar beneficios, algo que no debe extrañar si nos atenemos al reciente comportamiento de los índices, especialmente los de Wall Street, ya que tanto el S&P 500 como el Nasdaq Composite habían empalmado cinco sesiones consecutivas de alzas, lo que había llevado al segundo de estos índices a marcar varios máximos históricos en este periodo de tiempo.
No obstante, y si bien los rebrotes de Covid-19 son un tema preocupante, especialmente en EE.UU., donde en muchos estados los hospitales comienzan a estar saturados, el consenso general entre los inversores sigue apuntando a que los mismos no necesariamente conllevarán nuevamente la paralización generalizada de las economías. No obstante, sí se teme que los consumidores, por miedo a enfermar o a infectar a otros, terminarán por limitar sus actividades y modificarán sus hábitos de consumo por sí mismos. Esas son malas noticias para las compañías que operan en sectores más ligados con el ciclo económico y en los que mantener la distancia social es más complejo, tales como las empresas de viajes, las de la hostelería, la restauración o el ocio. No obstante, los mencionados rebrotes no deberían impedir que continúe la recuperación en muchos otros sectores.
Este escenario conlleva, en nuestra opinión, el mejor comportamiento relativo en bolsa de los sectores que están mejor preparados para afrontar la “nueva normalidad”, donde el permanecer en casa más tiempo de lo habitual, tanto para trabajar como para realizar actividades recreativas, se terminará generalizando, al menos hasta que se desarrolle y comercialice una vacuna efectiva contra el Covid-19. Habrá, por tanto, que buscar oportunidades entre las compañías de reparto a domicilio, de juegos online, de e-commerce y entre las empresas tecnológicas y de comunicación que faciliten todos estos procesos.
HOY, y en una sesión en la que la agenda macro aparece “desierta”, esperamos que las bolsas europeas abran entre planas y ligeramente a la baja, con los inversores decidiendo si apostar porque la recuperación económica va a seguir su curso actual, sobreponiéndose a los rebrotes puntuales de la pandemia o si, por el contrario, va a entrar en una fase de ralentización, tal y como esperan los principales organismos oficiales, alejándose cada vez más de la recuperación en forma de “V” que han venido descontando los inversores. La estrategia de inversión en un caso y en el otro es muy diferente, por lo que son justificables las muchas dudas que sobre cómo actuar a partir de ahora mantienen la mayoría de los inversores.