Tras el duro correctivo recibido el miércoles, ayer los mercados de valores europeos lograron estabilizarse de alguna manera. Así, y aunque sus principales índices no pudieron evitar cerrar la jornada a la baja, lo hicieron lejos de los niveles mínimos del día, apoyándose para su recuperación en el buen tono que mostró Wall Street poco después de la apertura.
El mercado bursátil español se vio afectado, además, por un incipiente factor de incertidumbre política: un nuevo escándalo de corrupción en Brasil que en esta ocasión afecta directamente a su presidente, Michel Temer, y que hace temer que se pueda producir una crisis política de envergadura.
De esta forma, valores como el Santander (MC:SAN), Mapfre (MC:MAP) o Prosegur (MC:PSG), con importantes intereses en el país sudamericano, fueron duramente castigados durante la sesión, contagiando por momentos al resto del mercado, especialmente a un sector bancario que reaccionó al comienzo por simpatía a la fuerte caída de las acciones del Santander (SAN). Por su parte, el índice brasileño cedió posiciones con mucha fuerza, como también lo hicieron las distintas versiones del Latibex, en las que los valores de este país tienen un peso muy elevado.
Por lo demás, la sesión en Europa estuvo marcada por la recuperación de la libra esterlina tras la publicación en el Reino Unido de unas cifras de ventas minoristas muy por encima de lo esperado. Como explicamos en nuestra sección de Economía y Mercados, el FTSE 100 británico fue ayer uno de los índices que peor lo hizo ya que muchas compañías que integran este indicador se benefician de una libra débil.
Por su parte, Wall Street terminó la sesión con fuerza al alza, al aprovechar los inversores las duras caídas de muchos valores el día anterior para volver a tomar posiciones en los mismos. Así, sectores como el financiero o el tecnológico recuperaron ayer parte del terreno perdido en la corrección del miércoles. En este sentido, destacar una estadística que publicaba ayer The Wall Street Journal que indicaba que el S&P 500, tras una caída en un día de entre el 1% y el 2%, recupera el día siguiente una media del 0,4% en el 75% de los casos. Ayer el comportamiento de este índice estuvo en línea con esta estadística.
Dicho esto, está por ver si el “susto” del miércoles es un tema puntual o algo más. Para ello habrá que ver cómo reaccionan los mercados en los próximos días. En principio, creemos que la inestabilidad de Washington también va a formar parte de ese nuevo escenario “normal” al que se tendrán que acostumbrar los inversores, siempre claro, que no termine por lastrar el comportamiento de la economía estadounidense. El mayor riesgo es que la agenda pro-crecimiento del presidente Trump no termine de materializarse por las luchas políticas entre partidos y entre facciones del propio partido del presidente, el Republicano.
Nuestro consejo antes de lanzarse a tomar posiciones como locos en este entorno es esperar unos días a ver si la situación se estabiliza. No descartamos nuevos descensos a corto plazo –próximas sesiones- ya que todavía hay muchos valores muy sobrecomprados y el aspecto técnico de muchos de ellos ha empeorado sensiblemente en los últimos días. No obstante, creemos que habrá oportunidades de seguir estos recortes que, en principio, salvo sorpresas en el ámbito político nacional o internacional, no esperamos que vayan a ser mucho más profundos.
Es por ello que seguiríamos de cerca el comportamiento de los valores del sector bancario español, muy castigados recientemente, ya que pueden generar interesantes oportunidades de entrada. Descartando por el momento el Santander (SAN) por el tema de Brasil, nuestras preferencias siguen siendo Sabadell (MC:SABE) (SAB) y CaixaBank (MC:CABK).
Por último, señalar que hoy esperamos una apertura ligeramente al alza de los mercados europeos, rebote que sólo se consolidará si Wall Street acompaña. En el ámbito de noticias positivas, destacar el hecho de que ayer el Parlamento de Grecia aprobó por una mayoría ajustada –solo votaron a favor los diputados del partido en el Gobierno, Syriza, y los del pequeño partido de extrema derecha que ejerce como su socio de gobierno-, las medidas acordadas con sus socios y acreedores para seguir pudiendo hacer uso del dinero del rescate.