Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Los últimos dos días han sido brutales para los mercados estadounidenses, pues el Dow Jones Industrial Average ha experimentado su peor venta masiva en dos días de los últimos cuatro años. Las acciones abrían con fuerza el miércoles, pero el repunte se desvaneció a medida que las acciones se tornaban negativas según se iban conociendo más casos de coronavirus. Éste es un movimiento de mercado impulsado por los titulares, porque en un momento dado el Dow subió más de 400 puntos. Las divisas suelen seguir el rumbo de aversión/interés por el riesgo que dictan las acciones, pero este miércoles esa correlación ha sido limitada hasta que las acciones empezaron a bajar. El par USD/JPY repuntó hasta el nivel de 110,50 pero el repunte fue discreto, en el mejor de los casos. El dólar australiano registró nuevos mínimos de 11 años y conservó sus pérdidas durante la jornada de negociación del miércoles en Nueva York, mientras que el NZD/USD cayó a mínimos de cuatro meses. El dólar canadiense también reanudó su descenso, mientras que la libra esterlina tocó fondo en su rango actual. El euro fue la divisa más resistente, pero también cerró la jornada algo más a la baja.
Estos movimientos de divisas combinados con la persistente disminución del rendimiento de los bonos del Tesoro nos indican que los inversores siguen siendo reacios al riesgo. ¿Y quién puede culparlos, si no ha habido ninguna buena noticia que justifique el repunte? Se han notificado nuevos casos de coronavirus en Corea del Sur, Italia, Francia, Irán, China, Brasil y Estados Unidos. Los nuevos datos de ventas de vivienda de Estados Unidos fueron mejores de lo esperado, pero este informe no es lo suficientemente significativo como para alimentar la recuperación. Algunos inversores podrían sentirse alentados por el comienzo de los ensayos en humanos para un medicamento para tratar el virus en Estados Unidos y la perspectiva de unas declaraciones más optimistas por parte del presidente Trump.
El intento de repunte de hoy es claramente un repunte del gato muerto. Hasta que el coronavirus alcance su punto álgido y disminuya el número de países que van informando de nuevos casos, el riesgo de que continúe la venta supera la compra, especialmente cuando países como Alemania han dicho que estamos en el comienzo de una epidemia de coronavirus. Ni siquiera hemos visto el impacto del virus en los resultados y los datos económicos de febrero. Hemos escuchado las advertencias, pero cuando se publiquen los datos de los países de todo el mundo, deberían desencadenar una mayor aversión al riesgo. No pasará mucho tiempo antes de que las previsiones del PIB sean rebajadas, así que por todas estas razones, seguimos siendo bajistas en cuanto al USD/JPY, todos los cruces con yen japonés, euro y dólares australiano y neozelandés.
Mientras tanto, vale la pena señalar que algunos países están empezando a combatir el impacto del virus con estímulos. Hong Kong ha anunciado un programa que asciende a poco más del 4% del PIB. Están ofreciendo un desembolso en efectivo de 10.000 dólares de Hong Kong por persona. Dicho esto, el proceso de aplicación no comenzará hasta el verano con pagos en efectivo que probablemente tarden meses. Si bien no esperamos una acción tan audaz por parte de otros gobiernos, podrían proporcionarse diferentes formas de estímulo fiscal o monetario.
Varios informes económicos se publicarán en las próximas 24 horas, incluida la balanza comercial de Nueva Zelanda, la confianza de la eurozona, el saldo de la cuenta corriente de Canadá, las revisiones del PIB de Estados Unidos del cuarto trimestre, así como los bienes duraderos y las ventas de vivienda pendiente. Todo apunta a que los datos de Nueva Zelanda mejorarán, lo que puede explicar por qué el dólar neozelandés ha ofrecido una mejor actuación que su homónimo australiano. Sin embargo, las cifras de confianza de la zona euro se esperan menos alentadoras. Las revisiones del PIB de Estados Unidos son difíciles de predecir, pero los pedidos de bienes duraderos deberían descender.