Un shock negativo de expectativas debería neutralizarse con uno positivo. Con esto quiero decir que la devaluación de enero (shock negativo) bien podría ser neutralizada con un plan anti-inflacionario (shock positivo) que sea capaz de generar un colapso en expectativas inflacionarias justo antes de paritarias. Lo eficiente hubiese sido anunciarlo antes de la devaluación para que la misma fuese creíble pero sin embargo, hay muchas medidas todavía por desplegar en este sentido. Argentina debería evitar una segunda ronda devaluatoria y sólo podrá conseguirlo si corrige el problema de fondo: la inflación. Esta sería una brillante carta de póker a jugar en las próximas semanas. ¿Qué mejor respuesta a una paritaria complicada que el anuncio ex-ante de un plan que destruya expectativas inflacionarias y tome a todos por sorpresa?
¿Qué tal si el Gobierno sorprendiera con un plan anti-inflacionario creíble justito antes de negociar paritarias? Ese sería un movimiento muy inteligente basado en la noción de “negociar por menos” dado que “post-plan creíble” las expectativas inflacionarias deberían ser sustancialmente menores, es una carta de póker no menor y más aun considerando un frente de negociación de salarios que se plantea como muy complicado empezando con los docentes. Un plan anti-inflacionario le daría al Gobierno la chance de estar un “formidable e indispensable paso adelante” en paritarias, insisto el 2014 entero se juega en paritarias.
El Gobierno tiene más de una oportunidad para complementar las medidas estabilizadoras en la que muy correctamente se embarcó el Banco Central. El anuncio de un plan anti-inflacionario creíble generaría un formidable shock de expectativas positivas y apalancaría la correcta decisión de sincerar la medición inflacionaria con el nuevo IPC. Convengamos que desde hace 20 días se vienen observando medidas razonablemente ortodoxas, todas cortoplacistas, pero: ¿qué tal si “a ese cortoplacismo ortodoxo” se lo complementa de una herramienta de largo plazo sustanciada en un plan anti-inflacionario que finalmente corte de cuajo el problema? Esta sola decisión puede cambiar radicalmente un 2014 que se planteaba en enero como potencialmente funesto, el Gobierno tiene la chance de shockear al mercado obvio, esto no será gratis pero tampoco es gratis cerrar mal paritarias, terminar con una inflación superando el 40%, volver al retraso cambiario y terminar devaluando otra vez.
Si un plan anti-inflacionario creíble se llegase a anunciar, ¿cuánto sería capaz de ralear el mercado accionario de Argentina? Noten lo que hicieron los bonos con CER ante el anuncio del nuevo índice, al día siguiente subieron 20% indicando contundentemente el valor de la sinceridad.
El Banco Central ha puesto paños fríos haciendo finalmente política monetaria activa con tasas significativamente más altas. A esto se le suma la sinceridad en la que parecería haberse encaminado el Gobierno respecto a la medición inflacionaria lo cual es una condición indispensable para delinear un plan anti-inflacionario futuro.
Hubo días en enero y febrero en donde el mercado se animó preocupantemente a operar un escenario crítico, acciones argentinas en Wall Street colapsaron 35% en días. Sin embargo, apareció el Central y un índice creíble de inflación y con ello las probabilidades de un desenlace critico han bajado notoriamente en especial relativas al shock devaluatorio de enero. Con una lista enorme de cosas no hechas aún, parecería sin embargo que las cosas quisieran acomodarse, al menos en este periodo de tregua cambiaria. Dependerá del Gobierno que esta tregua sea de corto o largo plazo y para ello el diseño de un plan anti-inflacionario es indispensable.
Los trades ganadores hay que armarlos cuando duelen y hoy irse long Argentina duele y es precisamente en este punto en donde está la oportunidad. Cuando “todo el mundo espera una crisis” en general, la crisis no ocurre nunca y si no, piensen en lo que fue la perogrullada de la crisis europea que en definitiva terminó en la nada misma. Cuando un mercado tiene cargado todo el pesimismo posible, llega un punto en donde se comienza a ignorar al mismo y a descontar expectativas positivas hacia el futuro: ¿podría un plan anti-inflacionario llevarnos a ese punto?
De nada sirve estabilizar el corto plazo si el largo plazo sigue comprometido, se hace indispensable cuanto antes articular un plan creíble que ataque al déficit fiscal y a la emisión monetaria en forma conjunta y sin dudas. Si el plan anti-inflacionario se articulase después de paritarias, sus costos serían muy superiores, el tiempo de minimizar dicho costo es hoy.