Desde comienzos de año la bolsas del mundo han estado cayendo, borrando la mayor parte de las ganancias de los últimos dos años. De acuerdo con Bloomberg, 40 de los 63 mercados más grandes del mundo han caído más de un 20% desde sus máximos recientes. Por esto, la mayoría de las bolsas está en lo que se denomina "Bear Market". El mundo está en rojo:
Si tenemos en cuenta los rendimientos acumulados en lo que va de 2016, podemos ver el siguiente Ranking:
¿Qué quiere decir esto? ¿Qué implicancia práctica tiene? Lo primero a destacar es que Europa está liderando las caídas en lo que va del año. El problema griego vuelve a intensificarse y en los próximos meses se volverá a especular con la posibilidad de que Grecia entre en default, le hagan otro préstamos o se tenga que ir del euro.
Alcanza con ver que de las 10 bolsas con peor desempeño en lo que va del año, 6 son europeas: Grecia, Italia, España, Alemania, Suiza y Dinamarca. Notemos que Nigeria y Arabia Saudita están en este ranking negativo porque la caída del petróleo continúa sin tener un fin a la vista.
¿Nos estamos acercando a una nueva crisis global? Diferentes estudios hablan de ciclos de 7 años para grandes crisis globales: el shock petrolero de 1973, la recesión de 1980-81 que contuvo la inflación de los EEUU, el crack bursátil de octubre del ´87, el crack de bonos de 1994, la burbuja de las punto com en 2001 y la crisis hipotecaria en 2008. Es probable que estemos por enfrentar una nueva. ¿Cuáles son los posibles focos? Será Europa o será China. O ambos.
Posible Crisis de China:
China viene acumulando un proceso ininterrumpido de 20 años de crecimiento. No debería sorprender que la velocidad de ese crecimiento se vea reducida. Pero el problema central es que el crecimiento no fue acompañado con una expansión del consumo, sino que fue un crecimiento en inversiones sin precedentes. Ninguna de estas inversiones se hubiera realizado sin la enorme acumulación de deuda que se creó y una gran expansión monetaria:
La inversión en China representa el 50% del PBI, en contraposición con un consumo que representa el 40%. Lo preocupante es que la mayoría de estas inversiones han sido excesivas: en real estate, en infraestructura y en manufacturas. Sólo real estate representa entre un 25% y 30% del PBI!
Toda esta sobreoferta se construyó de la mano de un monstruoso crecimiento del crédito. Hay una burbuja crediticia en China. El cociente deuda-PBI ha alcanzado el 240% en 2015 desde un 160% del año 2007:
El capital se está yendo de China (USD 1 Trillion en 2015) y por primera vez desde 1992, el Banco Central de China ha perdido reservas para intentar mantener el valor de su moneda. ¿Cuántas reservas perdió? USD 3.23 Trillion (323,000 millones de dólares multiplicado por 10). Esto hará que China se vuelva más barata y que exporte deflación. Algo debe estar claro: los crecimientos motivados por burbujas crediticias siempre terminan en un crash.
Un último comentario respecto a China: la caída en el precio del petróleo tiene que ver con expansión de la oferta mundial, principalmente desde los EEUU, pero también una retracción de la demanda de China.
Posible Crisis en Europa:
La inversión en términos reales ha caído en Europa desde 2008. La eurozona tiene un problema común: que diferentes países con diferentes niveles de productividad tienen el mismo tipo de cambio. Es como una gran convertibilidad entre sus 19 miembros, y eso termina indefectiblemente con dejar el euro. Al respecto, los bancos son los primeros en dar cuenta de la inminente crisis. Pueden leer mi nota desarrollando este tema en "Bancos Europeos en Graves Problemas".
Por último, ¿qué activo están comprando los Bancos Centrales del mundo, preparándose para una posible crisis?
El oro puede catalogarse como el último refugio, en un mundo donde los mismos Bancos Centrales han abusado de la impresión de dinero fiduciario.
Conclusión:
Es momento de ser muy defensivos: evitar bonos, evitar acciones. Sólo colocaciones a plazo. Para los más osados, se puede apostar en contra a las bolsas. Y guardar una porción de su capital en oro, puede empezar a tener sentido nuevamente.