Desde la independencia de la corona española, la evolución económica y social de Latinoamérica se ha caracterizado por compartir matices similares entre todos los países que la conforman, es decir que durante la historia, los países latinoamericanos han progresado conjuntamente de la mano el uno con el otro. Al mismo tiempo que esto sucedía, Estados Unidos vivía procesos sociales que sucedían en el mismo espacio de tiempo y no de la misma forma. Este planteamiento lleva a cuestionar la razón de cómo es que Estados Unidos terminó siendo la mayor potencia económica, tecnológica y bélica del planeta Tierra, mientras que Latinoamérica hasta ahora sufre de desnutrición y analfabetismo.
Y la respuesta puede encontrarse en el emprendimiento. Estados Unidos se ha caracterizado por ser la tierra de libertad y de oportunidades para la gente que busca un futuro distinto a su realidad. Grandes emprendedores y filántropos como Cornelius Vanderbilt, J.D Rockefeller, Bill Gates, Mark Zuckerberg o Warren Buffett han aportado a su sociedad y a la humanidad por medio de la búsqueda de su sueño personal.
Durante los últimos años, Latinoamérica se ha convertido en gran parte en un reproductor e imitador de las industrias y tecnologías de Estados Unidos y de países desarrollados, sin el mismo éxito que estos. Por esta razón, sería valido pensar que podríamos encontrar y desarrollar productos que nos brinden ventajas competitivas reales, logrando disminuir o hasta eliminar la brecha entre el valor de los productos latinoamericanos y el valor de los productos de países desarrollados, consiguiendo condiciones de intercambio más ventajosas para la región.
¿Qué pasa hoy con Latinoamérica?
En Latinoamérica se pueden presenciar dos corrientes vigentes de pensamiento, unas proteccionistas que suben sus aranceles en las fronteras y promueven el gasto público, como puede ser el caso de Brasil, Argentina, Venezuela o Ecuador, y corrientes más liberales como Chile, Perú, Colombia y México, que han abierto sus mercados firmando pactos de libre comercio y también aumentando la participación de los sectores privados.
Lo curioso es que los países que han adoptado las políticas liberales hoy cuentan con un mayor porcentaje de inversión extranjera directa en relación a su PBI, con las mayores tasas de crecimiento esperado para los años venideros y mejores expectativas para sortear la crisis de los precios de las materias primas.
¿Cómo lograr mejorar nuestras condiciones de intercambio?
John Nash, el matemático estadounidense que inspiró la película "Una mente brillante", logró demostrar que la humanidad podrá tener mayores beneficios si logra ponerse de acuerdo y cooperar en lugar de que cada individuo trabaje únicamente para su beneficio personal. El mayor limitante a esto sería que la realidad es que la naturaleza del ser humano lo lleva a querer actuar para su beneficio personal más que para el beneficio grupal. Sin embargo, el punto de encuentro entre los intereses personales de cada actor económico y los de toda la población se da todos los días en los mercados.
Una importante diferencia que existe entre los países de primer mundo y los países subdesarrollados es que los primeros tienen mercados financieros más desarrollados, en dónde la sociedad se reúne a elegir muy cuidadosamente qué inversiones van a financiar y cuáles no, todo esto buscando un beneficio personal y diversificando para minimizar su riesgo. Es esta diversificación la que decide qué proyectos fomentar, pues en lugar de ser financiada por pocas personas es financiada por muchas. Este proceso sirve también para que sean muchos los que puedan elegir qué genera valor y qué no lo hace, en lugar de que sean pocos en los gobiernos que tengan que tomar decisiones sobre un capital que nunca les perteneció, generando ineficiencia y desperdicio. El FMI en la publicación de abril sobre las perspectivas económicas para las Américas, ha dejado claro que los países con mayor diversificación e inversión extranjera, históricamente han sido los más preparados para afrontar las crisis.
Existen dos cualidades que creo que los latinoamericanos deberíamos copiar sin duda al modelo estadounidense. Hablo justamente de esas dos cualidades de las que tanto se enorgullecen y que los han convertido en la potencia que son: la libertad y las oportunidades para emprender. Me atrevo a decir que es evidente que al tener libertad y oportunidades para elegir y para emprender, se puede crear una perspectiva mejor para nuestros países por medio de la búsqueda de la liberación de los mercados, permitiendo que muchos tomen las decisiones de inversión, se diversifiquen los riesgos y se encuentren facilidades para que los emprendedores surjan.