Tras la subida inicial desde los mínimos del 29 de diciembre en los 1.523,90 dólares y posterior corrección, el precio del oro ha estado siete semanas acotado entre los 1.625,90 y los 1.869,70 dólares, rompiendo todas y cada una de las líneas de tendencias bajistas de menor pendiente que se han creado. Y el jueves de la semana pasada el oro rompió al alza una importante resistencia tras dos semanas cotizando entre los 1.625,00 y los 1.653,00 dólares quedando confirmada el viernes al cerrar con nuevas subidas.
Es necesario entender qué ocurre dentro del mercado para saber por qué el metal amarillo continuará al alza. Recientemente se ha conocido que países como China e India van a comprar petróleo iraní con oro. Las implicaciones derivadas de que China e India paguen el petróleo con oro es el acontecimiento más importante desde que el Presidente Roosevelt expropió todo el oro a los ciudadanos estadounidenses. De hecho algunos analistas estiman que el oro podría alcanzar los 3.000 dólares la onza en tan sólo un año.
Estamos ante una batalla épica entre el dinero real (oro) y el papel moneda (dólar) que se vio agravada por la decisión de EE.UU. de exiliar a Irán del sistema SWIFT para transferencias de dinero, lo que llevó a China e India a empezar a utilizar el oro como dinero y pronto otros muchos más se unirán a ellos. Y teniendo en cuenta que el oro es finito y que las reservas en el mundo están disminuyendo, el resultado final será una carrera de locos por cambiar el papel por oro.
El último intento por controlar el precio del oro y colocarlo por debajo del soporte de los 1.622,00 dólares se produjo el miércoles pasado, cuando la FED dijo que las cosas iban bien y que no había necesidad de más QE. En ese momento el oro cayó 20 dólares violentamente, pero cuando volvió a imponerse la razón, logró recuperarse hasta cerrar a tan sólo 3 dólares del máximo de la sesión. Desde entonces ha estado subiendo para cerrar la semana pasada en los 1.664,80 dólares, tras haber puesto a prueba la resistencia de los 1.671,00. Creo que el metal amarillo se encuentra ahora en un nuevo movimiento lateral de corto plazo entre los 1.640 y los 1.689 dólares. Además, sospecho que el oro atacará en breve los 1.800 dólares y marcará un nuevo máximo histórico antes de que finalice este verano y mantengo mi objetivo de los 2.400 dólares para final de año, aunque todo dependerá de cuánto se deprecie el dólar este año.
Sin embargo, parece que todos los inversores tienen miedo o están preocupados por el oro, lo que hace que parezca que no tiene apoyos. De hecho, ya hemos pasado por esto en varias ocasiones desde el año 2008, pero por desgracia parece que al mundo le cuesta recordar más allá de lo que ocurrió ayer. En 2008, el metal amarillo pasó de los 1.033 dólares hasta los 681, lo que provocó que todo el mundo pensara que el mercado alcista del oro había llegado a su fin. Sin embargo, fue un año más tarde cuando comenzó el siguiente movimiento alcista que nos llevó a los 1.900 dólares gracias a la anterior desesperación de los inversores y en este momento la desesperación puede volver a cortarse con un cuchillo.