Tokio, 16 dic (EFE).- La Bolsa de Tokio sufrió hoy una nueva caída aguda y se situó por debajo de los 17.000 puntos contagiada por la preocupación sobre la continuada bajada de los precios del crudo, en línea con las pérdidas de la víspera en Wall Street.
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con un descenso de 344,08 puntos, un 2,01 por ciento, y se situó en las 16.755,32 unidades, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa los valores de la primera sección, retrocedió 25,63 puntos, un 1,86 por ciento, hasta las 1.353,66 unidades.
Después de bajar ayer más de un 1,5 por ciento, el parqué Tokiota volvió a abrir hoy en rojo arrastrado de nuevo por la mala racha en la bolsa neoyorquina.
El abaratamiento de los barriles de referencia del crudo perjudicó una jornada más a la plaza estadounidense, donde el Dow Jones de Industriales perdió un 0,58 por ciento y el S&P 500 cedió un 0,64 y cayó por debajo de la barrera de los 2.000 puntos.
El crudo alcanzó su precio más bajo en cinco años y siete meses en el mercado neoyorquino, una tendencia que suscita "preocupaciones sobre el impacto negativo en la economía de los grandes productores de petróleo", dijo a la agencia nipona Kyodo el analista Masashi Akutsu, de SMBC Nikko Securites.
No obstante, el menor precio del petróleo también sería beneficioso para las compañías niponas al abaratar la producción y el transporte de mercancías, señalaron otros analistas locales, que confían en que esta circunstancia propicie un repunte de sus valores en los próximos días.
Asimismo, los grandes exportadores nipones sufrieron el impacto negativo de la ligera apreciación del yen frente al dólar, como es el caso de Toyota Motor, que cayó un 1,3 por ciento, o Mazda Motor, con una bajada del 3,7 por ciento.
Los sectores que acumularon mayores pérdidas fueron el alimentario, el del comercio y el de la maquinaria de precisión.
En la primera sección retrocedieron 1.686 valores frente a 129 que avanzaron y 36 que cerraron en tablas.
El volumen de negocio ascendió a 2,556 billones de yenes (17.380 millones de euros), por encima de los 2,260 billones de yenes (15.368 millones de euros) de la víspera.