Fernando Prieto Arellano
Kuwait, 13 dic (EFE).- La crisis financiera desencadenada en
Dubái y la paralización temporal de la puesta en marcha de una
moneda única van a ser algunos de los asuntos centrales de la XXX
cumbre de Jefes de Estado del Consejo de Cooperación del Golfo
(CCG), que comienza mañana, lunes, en Kuwait.
Los ministros de Asuntos Exteriores de los seis países miembros
del CCG (Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán
y Qatar) ultiman hoy los preparativos de esta cumbre, de la que se
cae de la agenda el asunto de la puesta en marcha de la moneda única
para la zona y, en su lugar, previsiblemente, se anuncie una especie
de moratoria cargada de buenas intenciones pero sin demasiada
concreción en las fechas.
En cambio, y aunque el temario no está cerrado aún, puede que en
la cumbre, que concluye el próximo martes, entre con fuerza la
cuestión de la crisis financiera desencadenada en Dubái y cuyas
consecuencias pueden afectar a toda la región.
Precisamente, los analistas consideran que la crisis de Dubái es
uno de los motivos esenciales para que la anunciada puesta en marcha
de la moneda única quede aplazada para mejor ocasión.
En este sentido, fuentes kuwaitíes dijeron a Efe que "aunque en
la reunión se abordará el asunto de la moneda única, la impresión
que se tiene es que no va a entrar en funcionamiento ante las
reticencias mostradas por Omán y Emiratos Árabes Unidos", federación
de la que Dubái y Abu Dhabi son sus miembros más fuertes.
Las fuentes indicaron, igualmente, que en la reunión está
previsto estudiar la crisis de Dubái y sus repercusiones y
consecuencias a corto y medio plazo.
El pasado 25 de noviembre, el consorcio público Dubai World
anunció que iba a renegociar con sus acreedores una reprogramación
de sus vencimientos de deuda por un monto de 26.000 millones de
dólares.
Sin embargo, el Gobierno de Dubái ha descartado cualquier riesgo
de suspensión de pagos en la deuda pública del emirato, si bien
precisó que no se otorgarían garantías adicionales a los acreedores
de Dubai World, a los que pidió que afronten sus propias
responsabilidades.
Recientemente, las autoridades financieras de Dubái calificaron
de "psicológica y muy fuerte" la reacción de los mercados
internacionales ante la crisis desencadenada, en un momento en que,
tras la gran perturbación creada en el mundo por la quiebra de
Lehman Brothers, las bolsas se estremecen ante cualquier sacudida
inesperada.
De hecho, los analistas tienen la impresión de que, al menos de
cara a la opinión pública, el mensaje que las autoridades de Dubái
quieren enviar es que se tiende a normalizar la situación generada
por la crisis de Dubai World, si bien han dejado claro que en
tiempos de crisis "los negocios han de ser más eficaces y han de
estar dispuestos a encarar la nueva situación."
De este modo, lo que se prevé que salga de esta cumbre no pasará
de ser una declaración de buenas intenciones de contenido muy
genérico, en la que se mencionarán aspectos como medio ambiente,
derechos humanos, defensa y seguridad, así como otros de índole
política, económica y financiera, en particular lo tocante a la
crisis internacional.
En la cumbre podría hacerse hincapié, asimismo, en las
recomendaciones del informe publicado ayer, sábado, por el
Secretariado General del CCG (cuya presidencia de turno ostenta
actualmente Kuwait) y que inciden en las consecuencias de la Unión
Aduanera y del mercado común de la zona, en vigor desde 2003 y 2008,
respectivamente.
En el informe se analizan las consecuencias que ambos procesos
han tenido en la vida de la región y se indica que, en general, han
tenido efectos beneficiosos para las ciudadanos.
El número de personas que han viajado entre los estados miembros
del CCG ha pasado de 4,5 millones en 1995 a más de 15 millones en
2008, como resultado de la apertura generada por la unión aduanera.
Asimismo, los intercambios comerciales han crecido
exponencialmente desde la entrada en vigor de la unión aduanera,
hasta el punto de que si en 2003 la cifra global fue de unos 20.000
millones de dólares (frente a los 15.000 millones de 2002, el año
previo a la entra en vigor de la unión), en 2008 la cifra se situó
en 65.000 millones de dólares. EFE