El pesimismo alimentado por las malas señales económicas ha golpeado a la divisa japonesa que se ha visto debilitada frente a las principales divisas de referencia mundial.
En el final de la semana, el yen japonés finalizó en 91,115 unidades por dólar estadounidense, frente a las 89,74 unidades por dólar de la semana previa. En relación a la moneda europea, la divisa japonesa finalizó en 131,605 unidades por euro, frente a las 128,635 unidades por euro de la semana previa.
Las cuentas fiscales no cierran en Japón. El gobierno del primer ministro Yukio Hatoyama ha decidido asumir un elevado riesgo fiscal luego de la aprobación de un presupuesto récord de US$ 1 billón para el próximo año que aumentará la deuda pública del país en unos US$ 484.000 millones, poniendo en duda la sostenibilidad de la misma.
La demanda interna tiene poco para aportar a la recuperación económica. El mercado laboral en Japón no logra confirmar una tendencia positiva y volvió a caer en el mes de noviembre incrementando en un 0,1 punto porcentual, la tasa de desempleo que se encuentra en el 5,2% de la Población Económicamente Activa (PEA), con un total de 3,31 millones de desempleados.
Los problemas en la economía japonesa y las pocas esperanzas que, para su crecimiento, provienen de una demanda externa que tampoco muestra grandes signos de recuperación, son los motivos que han llevado al gobierno japonés a lanzar un programa de estímulo económico incrementando el gasto fiscal para estimular la demanda interna mediante ayudas a las familias y la prórroga de subsidios a la compra de productos ecológicos, como automóviles híbridos (a electricidad y combustión) o sistemas de energía solar. Para el ejercicio económico 2010, el gobierno japonés espera un crecimiento del 1,4% de su PBI.
El deterioro económico y los riesgos fiscales no son los únicos problemas en la economía nipona. La evolución de precios minoristas sigue encontrando a la potencia asiática en zona de deflación. En el mes de noviembre Japón acumuló nueve meses consecutivos de deflación. El IPC japonés se contrajo en noviembre en un 1,7% interanual, mientras que el componente núcleo de la tasa de inflación minorista (que excluye los precios de los alimentos y la energía) se ubicó en noviembre en el -1%. La situación pone bajo presión la política monetaria del Banco de Japón.
En el corto plazo, las perspectivas del yen no son del todo positivas ya que la debilidad evidenciada por la economía conjuntamente con los altos riesgos de crisis, lo afectan directamente. Sin embargo, la situación que se vive en el resto de las economías desarrolladas conjuntamente con posibles nubarrones en el horizonte global para el 2010 producen un contexto de incertidumbre que puede mejorar la cotización de mediano plazo de una moneda considerada de refugio por los inversores internacionales.
Dentro de los datos económicos destacados de la economía japonesa que se darán a conocer en la semana se encuentran la evolución del índice de gestores de compra, la evolución de la producción industrial y el comercio minoristas. Datos que sin dudas pueden brindar alguna esperanza acerca de las perspectivas económicas de Japón, lo cual tendrá influencia inmediata en el comportamiento del yen frente a las principales monedas.
Horacio Pozzo
En el final de la semana, el yen japonés finalizó en 91,115 unidades por dólar estadounidense, frente a las 89,74 unidades por dólar de la semana previa. En relación a la moneda europea, la divisa japonesa finalizó en 131,605 unidades por euro, frente a las 128,635 unidades por euro de la semana previa.
Las cuentas fiscales no cierran en Japón. El gobierno del primer ministro Yukio Hatoyama ha decidido asumir un elevado riesgo fiscal luego de la aprobación de un presupuesto récord de US$ 1 billón para el próximo año que aumentará la deuda pública del país en unos US$ 484.000 millones, poniendo en duda la sostenibilidad de la misma.
La demanda interna tiene poco para aportar a la recuperación económica. El mercado laboral en Japón no logra confirmar una tendencia positiva y volvió a caer en el mes de noviembre incrementando en un 0,1 punto porcentual, la tasa de desempleo que se encuentra en el 5,2% de la Población Económicamente Activa (PEA), con un total de 3,31 millones de desempleados.
Los problemas en la economía japonesa y las pocas esperanzas que, para su crecimiento, provienen de una demanda externa que tampoco muestra grandes signos de recuperación, son los motivos que han llevado al gobierno japonés a lanzar un programa de estímulo económico incrementando el gasto fiscal para estimular la demanda interna mediante ayudas a las familias y la prórroga de subsidios a la compra de productos ecológicos, como automóviles híbridos (a electricidad y combustión) o sistemas de energía solar. Para el ejercicio económico 2010, el gobierno japonés espera un crecimiento del 1,4% de su PBI.
El deterioro económico y los riesgos fiscales no son los únicos problemas en la economía nipona. La evolución de precios minoristas sigue encontrando a la potencia asiática en zona de deflación. En el mes de noviembre Japón acumuló nueve meses consecutivos de deflación. El IPC japonés se contrajo en noviembre en un 1,7% interanual, mientras que el componente núcleo de la tasa de inflación minorista (que excluye los precios de los alimentos y la energía) se ubicó en noviembre en el -1%. La situación pone bajo presión la política monetaria del Banco de Japón.
En el corto plazo, las perspectivas del yen no son del todo positivas ya que la debilidad evidenciada por la economía conjuntamente con los altos riesgos de crisis, lo afectan directamente. Sin embargo, la situación que se vive en el resto de las economías desarrolladas conjuntamente con posibles nubarrones en el horizonte global para el 2010 producen un contexto de incertidumbre que puede mejorar la cotización de mediano plazo de una moneda considerada de refugio por los inversores internacionales.
Dentro de los datos económicos destacados de la economía japonesa que se darán a conocer en la semana se encuentran la evolución del índice de gestores de compra, la evolución de la producción industrial y el comercio minoristas. Datos que sin dudas pueden brindar alguna esperanza acerca de las perspectivas económicas de Japón, lo cual tendrá influencia inmediata en el comportamiento del yen frente a las principales monedas.
Horacio Pozzo