Lisboa, 10 mar (EFE).- Los líderes de la izquierda marxista de
Portugal se opusieron hoy al plan anti crisis del Gobierno
socialista, que prevé congelar los salarios del sector público,
privatizar empresas y subir impuestos a las rentas más altas.
Presentado el lunes por el Ejecutivo portugués, el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento (PEC), que debe ser aprobado por el
Parlamento luso y luego presentado a la Unión Europea, ha suscitado
duras críticas en la mayoría de los partidos de la oposición y en
los sindicatos.
El marxista Bloque de Izquierda (BI), la cuarta fuerza
parlamentaria con 16 asientos, fue uno de los más combativos y su
líder, Francisco Louca, presentó hoy quince medidas alternativas al
PEC, entre las que destaca la inversión de 5.000 millones de euros
para recuperar unos 200.000 inmuebles degradados.
Con esta medida, según el líder del BI, se podrían crear 60.000
puestos de trabajo y generar un impacto de cerca del cuatro por
ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) del país.
El PEC, que aspira a reducir el déficit del Estado desde el
actual 9,3% al 2,8 en 2013, pronostica que el desempleo, ahora del
9,7%, apenas bajará al 9,3% dentro de tres años, y también contempla
un programa de privatizaciones de empresas públicas por 6.000
millones de euros.
Las privatizaciones "no tienen sentido desde el punto de vista
económico", porque lo que el Estado tiene en bienes estratégicos
esenciales entra en el propio Estado con el pago de dividendos,
argumentó Louca, quien añadió que si esos rendimientos no ingresan
en caja "a corto o medio plazo los impuestos tendrán que aumentar".
El dirigente apreció que los capitales "privados están
interesados en el beneficio y no en la prestación de un servicio" y
se mostró especialmente preocupado con la posibilidad de que se
privaticen los correos de Portugal (CTT).
Gravar severamente los flujos de dinero hacia los paraísos
fiscales, aplicar una tasa a las plusvalías de la Bolsa portuguesa y
negociar las contrapartidas con los vendedores de material militar
son otras de las propuestas del BI.
Más crítico todavía fue el Partido Comunista de Portugal (PCP),
cuyo líder, Jerónimo de Sousa, anunció que su formación rechaza
"vehemente" el PEC, ya que es un programa que sólo pretende "tapar
agujeros".
El histórico dirigente comunista consideró "insoportable" tomar
al PEC como una solución para los problemas del país y anunció que
su partido, el quinto en representación parlamentaria con 13
diputados, se opondrá al documento cuando el próximo 25 de marzo sea
debatido en la Asamblea, donde los no tienen mayoría absoluta.
"Más de la mitad de los países de la UE ya consideran secundario
el nivel de déficit de las cuentas públicas", apreció De Sousa,
quien subrayó que no existe "racionalidad ni lógica" en el plazo
hasta 2013 para que Portugal sitúe su deuda pública debajo del 3%.
El líder comunista abogó por aumentar el régimen tributario a la
banca -"los responsables y beneficiarios de la crisis tiene que
pagar parte de la factura", recordó- y propugnó "aliviar" impuestos
a los pequeños empresarios.
Defiende, además, más apoyo al mercado interno, a las micro,
pequeñas y medianas empresas y a las exportaciones, así como una
tasación las importaciones.
Las privatizaciones previstas son "un auténtico festín al gran
capital nacional y extranjero", juzgó y concluyó que el PEC
representa "una opción por los más ricos y poderosos, contra el
pueblo y el país". EFE