Bogotá, 3 mar (EFE).- Centenares de personas que se oponen a la construcción de una hidroeléctrica en el sur de Colombia por parte del grupo español Endesa, se concentraron hoy en los alrededores de la gigantesca obra y atacaron a la policía con piedras para tratar de evitar, entre otras, el desvío del cauce del río Magdalena.
En la región en la que se levantará la central, en unas 8.000 hectáreas y que toca jurisdicción de varios municipios del departamento del Huila, fueron apostados varios grupos de la policía antidisturbios.
Los manifestantes, campesinos de la región, apoyados por estudiantes de la Universidad Surcolombiana de Neiva, capital del Huila, y que llegaron al sitio conocido como el puente del paso El Colegio, se enfrentaron con piedras al escuadrón policial que recurrió a los gases lacrimógenos.
La obra, con inversiones de unos 830 millones de dólares, alcanzará lo municipios de Agrado, Gigante, Garzón, Tesalia, Altamira y Paicol.
La central de El Quimbo como se llama la megaobra, se alimentará del río Magdalena, el más importante y extenso de Colombia, y será la hidroeléctrica más importante de Endesa en Latinoamérica, tras la de Ralco, en Chile.
Los opositores al proyecto, según señaló hoy el ministro de Minas de Colombia Mauricio Cárdenas, "llegaron a última hora" y añadió que "muchas de sus motivaciones son mas de carácter político".
Cárdenas explicó a periodistas que el Gobierno "trató de dialogar con todos estos sectores. Buscó los espacios para la concertación, pero sistemáticamente estos grupos se opusieron al diálogo".
Los constructores, el grupo Endesa y su filial en Colombia, Emgesa, y la firma italiana Entel, tiene planeado el desvío del Magdalena en un tramo para estos días y para el efecto tienen construido un túnel que llevará el agua a otro cauce.
Las autoridades mantienen cordones de seguridad en varios accesos al puente de El Colegio para evitar una mayor concentración de opositores de los habitantes de la región y grupos sociales y ambientales en contra del proyecto.
El 14 de febrero pasado, la Policía tuvo que desalojar a varios grupos de campesinos en la localidad de Domingo Arias, y quienes trataron de impedir las obras necesarias para el desvío del río.
Los grupos que protestan señala que las autoridades ambientales no han evaluado el real impacto del gigantesco proyecto y hace pocos días la viceministra de Ambiente colombiana, Adrana Soto, explicó que la licencia se otorgó con conocimiento y con responsabilidad.
"Si la autoridad considera que la desviación del río Magdalena se puede hacer, para tener despejada la zona donde se construirá el dique de la represa de El Quimbo, es porque tomaron todas las consideraciones técnicas del caso", afirmó Soto.
Añadió que Emgesa dispuso de 143 millones de dólares, es decir el 17 % del presupuesto total del proyecto para gestión socio-ambiental y la compra de unas 18.562 mil hectáreas para compensación forestal.
Otras causa de la protesta es que los dueños de las tierras buscan un replanteamiento de los precios de sus predios.
Los cálculos de los constructores indican que esta central será operativa en diciembre de 2014, tendrá una potencia de 400 megavatios, y generará 2.216 gigavatios hora al año, suficientes para cubrir el 4 por ciento de la demanda energética colombiana. EFE