Investing.com – La caída de los inventarios de petróleo crudo en Estados Unidos por novena semana consecutiva no ha sido motivo suficiente para evitar una nueva corrección semanal de la cotización de esta materia prima a uno y otro lado del Atlántico.
Tanto el crudo ligero estadounidense como la referencia europea acumulaban al cierre de la sesión en el Viejo Continente descensos del 4,5% en relación con los precios de cierre del pasado viernes, 15 de julio.
En concreto, la referencia neoyorquina que había puesto fin a la semana anterior en los 45,95 dólares, se movía al término de la jornada europea del viernes por debajo ya de los 44 euros; mientras que el barril de crudo Brent londinense retrocedía en apenas siete días desde los 47,61 euros, hasta situarse cerca de los 45,30 dólares.
El principal motivo de este nuevo pesimismo imperante en el mercado no es otro que la recurrente sobreoferta. Por mucho que los datos oficiales reflejen una nueva caída de las reservas estadounidense, superior incluso a lo previsto por el mercado, los 519 millones de barriles almacenados por el Tío Sam siguen siendo una cifra inusualmente alta para esta época del año, tal y como se encarga de recordar el Departamento de Energía en cada entrega semanal de los datos oficiales.
Sin embargo, aunque en un principio los inversores acogieron con buen ánimo el noveno descenso consecutivo de los inventarios estadounidense, con el paso de las horas los datos que han acabado pesando sobre el ánimo de los inversores han sido el aumento de las existencias de gasolina en casi un millón de barriles en plena época estival y el incremento de la actividad extractiva durante el segundo trimestre, tal y como ha apuntado Halliburton (NYSE:HAL).
Así las cosas, las esperanzas de ver un reequilibrio de la oferta y la demanda en la segunda mitad del ejercicio parece que comienzan a desvanecerse y las ventas vuelven a imponerse ante la ausencia de otros grandes catalizadores.
La mayor fortalece del dólar en las últimas sesiones tampoco ha ayudado en nada al petróleo, ya que un billete verde fuerte encarece el acceso a la materia prima por parte de los compradores que deben pagarla con esta divisa.