Enniskillen (R.Unido), 17 jun (EFE).- La cumbre de los líderes del G8 (países ricos y Rusia) comenzó hoy en Lough Erne, en Irlanda del Norte, bajo la presidencia del primer ministro británico, David Cameron, y dominada por el conflicto de Siria y el estado de la economía global.
El estadounidense Barack Obama, la alemana Angela Merkel, el italiano Enrico Letta, el japonés Shinzo Abe, el canadiense Stephen Harper, el francés François Hollande y el ruso Vladimir Putin llegaron uno a uno, vestidos de manera informal, al aislado complejo hotelero de Lough Erne, a cuya entrada fueron recibidos por Cameron.
Al encuentro, de dos días, asisten también el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el responsable de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que poco antes anunciaron, junto a Obama y Cameron, que en julio se iniciarán las negociaciones de un tratado de libre comercio entre EEUU y la Unión Europea (UE).
En un entorno aislado y protegido por un fuerte despliegue policial, los jefes de Estado y de Gobierno del G8 van a hablar ahora en sesión plenaria del estado de la economía global, que según coinciden se encuentra en mejor situación que hace un año, cuando se reunieron en la cumbre de Camp David (Estados Unidos).
Después de varias tandas de reuniones bilaterales, entre ellas un encuentro de Obama con Putin, los ocho líderes volverán a reunirse desde las 20.00 GMT en una cena de trabajo centrada en política exterior, que brindará una oportunidad para hablar del conflicto sirio y sus fuertes divergencias al respecto.
Aunque Putin y Cameron señalaron ayer que buscarán un acercamiento en Lough Erne, las posturas del G8 son muy divergentes pues están en desacuerdo sobre la necesidad de armar a los rebeldes que luchan contra el régimen de Bachar al Asad, algo a lo que el presidente ruso se opone frontalmente. EFE
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