Riga, 9 jul (.).- La disputa sobre las futuras compras transfronterizas de electricidad, que pronto podrían incluir energía de la central nuclear bielorrusa de Astravyets, divide a las repúblicas bálticas mientras se disponen a romper su último vínculo con Rusia de la era soviética, su conexión con la red eléctrica rusa.
Lituania, preocupada por la seguridad de esa planta, casi terminada y a solo 50 kilómetros de su capital Vilna, ha aprobado una ley para impedir que electricidad de esa central le llegue por la red rusa y quiere que Letonia y Estonia se unan en ese boicot.
Letones y estonios quieren mantener abierto el comercio eléctrico con Rusia hasta la desconexión en 2025, cuando el transporte de electricidad interfronterizo ya no será posible.
Fuentes oficiales dicen que las diferencias no ha impedido avanzar en proyectos coordinados multimillonarios destinados a cortar con la red rusa y a sincronizarse con la red eléctrica de la Unión Europea, de la que las tres repúblicas bálticas son miembros.
Sin embargo, el desacuerdo fue al parecer el motivo por el que el presidente lituano, Gitanas Nauseda, no asistió a una ceremonia a finales de junio en la isla estonia de Saaremaa junto a sus homólogos letón, Egils Levits, y estonio, Kersti Kaljulaid.
Para Estonia y Letonia, eso afecta a las opciones de compra y negociación eléctric con Rusia y entre ellos mismos.
Si compran electricidad de la red rusa una vez que la central de Astravyets entre en funcionamiento y Letonia vende su excedente a Lituania, este país podría alegar que están apoyando indirectamente la instalación bielorrusa.
"Letonia tiene una visión práctica. Mientras estemos en una zona unificada con Rusia las cosas tendrían que ir como hasta ahora", dijo a Efe Edijs Saicans, director de Mercados Energéticos e Infraestructuras en el Ministerio de Economía letón.
Agregó que una vez que la electricidad de origen nuclear entra en la red rusa y se vende a los países bálticos "son solo electrones junto a otros electrones en la red". Saicans insistió en que "si uno compra o no electricidad de ella no afectará a la seguridad de la central nuclear".
Una solución podría ser presionar a Bielorrusia desde la UE para certificar la seguridad de la planta. El Gobierno litano ha pedido a la Comisión Europea (CE) que manifieste su preocupación por el asunto ante Minsk.
El presidente Levits de Letonia declaró a medios locales que espera que la CE proponga una solución aceptable a todos los países bálticos.
Timo Tatar, vicesecretario general de Energía del Ministerio de Asuntos Económicos y Comunicaciones de Estonia, dijo a medios locales que "la Comisión está ofreciendo una solución en la que los ministros de Energía podrían insistir en que halla mayor regulación en asuntos de seguridad en las centrales de la región".
La nueva propuesta también incluye directrices aplicables cuando una planta de un país tercero sea insegura y no cumpla con los criterios de la UE.
"Conectar las redes eléctricas bálticas en una integración sincronizada con la red europea e integrarla en el mercado único eléctrico europeo es el mayor proyecto de transformación del sistema energético de los Bálticos. Se remonta a 2007, cuando comenzaron las conversaciones políticas", dijo a Efe Gatis Junghans, miembro de la dirección de Augstsprieguma tikls (AST), el operador letón de su red de alta tensión.
Junghans afirmó que conectar y sincronizar (manteniendo la misma frecuencia de 50 el flujo de energía) implica actualizar los equipos de red e instalar otros nuevos antes del cambio de la sincronización de Rusia a la UE.
AST prevé invertir 175,5 millones de euros en dos fases para actualizar e instalar equipos para la sincronización con la red europea, gran parte de ellos procedentes de fondos europeos.