Londres, 18 ago (EFE).- Un comité parlamentario del Tesoro británico ha exigido que se lleven a cabo "cambios urgentes" en la manera en que se gestionan y regulan los bancos para restaurar la confianza pública tras el escándalo de la manipulación del Libor.
El escándalo se desató cuando Barclays fue multado el 27 de junio por el regulador británico y el estadounidense con 290 millones de libras (360 millones de euros) por falsear el Libor -tipo de interés interbancario que se fija en Londres- y su equivalente europeo, Euribor, entre 2005 y 2009, para su beneficio económico o para proyectar solvencia durante la crisis crediticia.
En un informe parlamentario divulgado hoy, los diputados consideran que el comportamiento "vergonzoso" de Barclays ha dañado la reputación del Reino Unido y opinan que el Banco de Inglaterra reaccionó con demasiada lentitud.
"El comité ha pedido medidas en una serie de áreas, que incluyen multas más altas para empresas que no cooperan con los reguladores, la necesidad de examinar lagunas en la legislación penal y un marco de gobierno mucho más fuerte en el Banco de Inglaterra", indicó el presidente del citado comité parlamentario, Andrew Tyrie, en un comunicado, difundido por la BBC y The Guardian.
Tyrie añadió que "mejoras urgentes, tanto en la manera en que se gestionan los bancos, y en la forma en que se regulan, son necesarias para restaurar la confianza del público y de los mercados".
En el documento, se afirma que el escándalo del Libor hizo "gran daño" a la reputación del país y los diputados culpan firmemente a los directivos de Barclays por la forma en que sus empleados trataron de manipular el Libor en diferentes momentos entre 2005 y 2009.
También dejan claro que no creen en la declaración que hizo el pasado 4 de julio ante el Parlamento el exconsejero delegado de Barclays Bob Diamond, un día después de presentar su dimisión.
En esa declaración ante la Cámara de los Comunes, el banquero afirmó que hasta ese mes no se había enterado de que en Barclays se manipulaba el Libor, pese a reconocer que había dudas dentro del sector bancario sobre la fiabilidad de esa tasa.
El estadounidense, uno de los banqueros más ricos del mundo, dimitió el 3 de julio ante las crecientes presiones políticas y de los accionistas para que dejara el banco tras el escándalo.
Diamond explicó al dejar su puesto que se iba por "las presiones externas", que "habían alcanzado un nivel que amenazaba con dañar la reputación de la entidad".
El citado comité opinó en su informe que el testimonio de Diamond "a veces selectivo, no llegó al nivel que espera el Parlamento, particularmente viniendo de testigos con experiencia".
En cuanto al Banco de Inglaterra, se le reprocha que reaccionara ante la presión pública.
El pasado 17 de julio, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, rechazó cualquier responsabilidad en el escándalo al afirmar que solo se enteró de esa práctica el pasado junio, pese a las advertencias previas de EEUU.
En una comparecencia ante la comisión del Tesoro, el gobernador del banco emisor aseguró que supo que el tipo de interés interbancario estaba siendo manipulado cuando Barclays fue multado por ese motivo. EFE