Basilea (Suiza), 28 jun (EFE).- El director general del Banco de
Pagos Internacionales (BPI), el español Jaime Caruana, exigió hoy a
los gobiernos de las economías avanzadas reducir sus déficit
fiscales como primera condición para lograr el crecimiento.
En una rueda de prensa tras la asamblea general anual del BPI,
Caruana advirtió de la difícil situación en que se encuentra la
economía, ya que el margen de maniobra para las políticas
macroeconómicas es menor que al inicio de la crisis.
"La mayor parte de los países avanzados están alcanzando los
límites de la expansión fiscal", según Caruana.
Criticó que no se ha concluido el proceso de reducción de
apalancamiento (endeudarse para financiar una operación financiera)
de los bancos y empresas y tampoco el saneamiento de los balances de
las entidades de crédito.
"El sistema financiero sigue siendo vulnerable a los cambios
adversos del ánimo, como han mostrado recientemente las disfunciones
en los mercados de financiación", dijo Caruana.
Hizo hincapié en que "muchos segmentos de los mercados
financieros todavía dependen del apoyo público".
El BPI es una organización internacional que fomenta la
cooperación monetaria y financiera internacional y ejerce de banco
para los bancos centrales.
Fundado en 1930, el BPI es la institución financiera
internacional más antigua.
Caruana, que fue gobernador del Banco de España, añadió que las
medidas políticas específicas necesarias varían según las diferentes
circunstancias de cada país.
"La escala de los problemas financieros y la fortaleza de los
sistemas bancarios difieren entre países, por lo que no hay una
prescripción política única para todos", dijo Caruana.
No obstante, los retos para la economía se centran ahora en tres
tareas: que las economías avanzadas reduzcan sus déficit fiscales,
el ajuste de los balances y cambios en la industria financiera, así
como finalizar los acuerdos internacionales sobre la regulación
financiera.
En la asamblea general anual se presentó el 80 informe anual, en
el que BPI advierte de que mantener los tipos de interés muy bajos
durante demasiado tiempo podría ser peligroso y generar una nueva
crisis financiera. EFE