Coinbase, uno de los exchanges de criptomonedas más importantes de este espacio, ya se está cotizando en Nasdaq después de una muy esperada oferta inicial. En otras palabras, Coinbase ya es una compañía pública. Es decir, cualquier persona puede comprar sus acciones. Pero, más allá de eso, este evento, indudablemente, tiene varias lecturas. Para algunos es un IPO más. Nada del otro mundo. Pero para otros es un hito de considerable importancia. Podría estar marcando un antes y un después. ¿Qué significa este IPO realmente?
El triunfo de Coinbase es, en parte, una derrota para los radicales de la descentralización. Bien sabemos que en este espacio contamos con muchos fanáticos que abogan un individualismo extremo. O sea, nada de intermediarios. Si no tienes la custodia absoluta de tus monedas, no eres el dueño de ellas. En algún punto, “propiedad” y “custodia” se convirtieron en sinónimos. En fin, en algunos círculos de la comunidad cripto, los exchanges centralizados no son muy populares. Sin embargo, estos grupos, aunque bastantes ruidosos, afortunadamente, son una minoría. Es decir, me atrevería a decir, sin temor a equivocarme, que el debut en la bolsa de Coinbase ha sido una gran noticia para la gran mayoría de los criptoentusiastas.
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