Parece que los mineros de bitcoin se encuentran en una huída continua, o más bien, en una búsqueda de la energía más barata. Kazajistán se presentaba como la alternativa más lógica tras el veto del gobierno de China a la minería de criptomonedas. Muchos mineros se trasladaron allí con la expectativa de poder proseguir con sus actividades, pero ahora sus esperanzas se han visto truncadas y están buscando alternativas para poder continuar con sus actividades de minado por un coste de electricidad más asequible.
La prohibición de la minería en China China, que fue tradicionalmente el país minero por excelencia, dio un golpe en la mesa y prohibió esta actividad que en la actualidad está castigada con penas de prisión. Kazajistán se presentó entonces como la alternativa ideal por su cercanía, que hacía fácil el traslado de las máquinas necesarias, además de contar con políticas favorables para la industria. Por si esto no fuese suficiente, su presidente, Kassym-Jomart Tokayev, dejó clara su intención de invertir 1.200 millones de dólares a lo largo de cinco años para atraer al sector de la minería de bitcoin. Por aquel entonces, la energía era barata y no existía una regulación al respecto en el país por lo que muchos mineros vieron en este destino una alternativa cripto amigable para los siguientes años. Sin embargo, pronto ha cambiado notablemente la situación para estos mineros de Bitcoin.
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