El informático estadounidense Virgil Griffith, investigador de la Fundación Ethereum, fue acusado por un tribunal del distrito del sur de Nueva York de violar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional por asistir (sin permiso) a una conferencia sobre criptomonedas en la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte). Al parecer, el sujeto está en graves problemas con las autoridades de su país y en caso de ser encontrado culpable podría enfrentarse a una condena de hasta 20 años de cárcel. ¿Su crimen? Hablar sobre criptomonedas. Pero no es tan sencillo. Porque no estamos hablando de una conferencia común y corriente como cualquier otra, atendida por gente normalita. En esta ocasión, los asistentes de la conferencia seguramente no eran ningunas monjitas de la caridad. Con toda probabilidad, eran funcionarios del Gobierno. ¿O no? Ahora bien, ¿es Virgil Griffith un simple educador difundiendo conocimiento público o un traidor ayudando a una dictadura criminal?
Para el común de los mortales, es difícil saber si las cosas que se dicen de Corea del Norte son reales o provienen de una novela de ciencia ficción. Todo lo que leemos parece estar escrito por George Orwell. Aquí estamos ante un Estado totalitario que no tiene nada que envidiarle a la dictadura del Gran Hermano mencionada en la famosa novela 1984. Después de la Segunda Guerra Mundial, Corea (o sea, la península toda), que había estado bajo control japonés, se vio dividida en dos partes, Norte y Sur. El Norte cayó bajo la influencia de los soviéticos y el Sur cayó en la de los estadounidenses. Claro que luego el Norte reclamó el control de toda la península y el Sur hizo lo mismo. Entonces se inició una guerra que técnicamente no ha terminado. En 1953 se firmó un armisticio, pero todavía no se ha firmado un tratado de paz. Oficialmente, los dos países todavía están en guerra.
Sigue leyendo: Virgil Griffith se declara inocente de evadir las sanciones de EE.UU. en el caso de Corea del NorteHan pasado muchas décadas desde la división y ambos países son tan diferentes como el sol y la luna. No son solo distintos. De hecho, parecen pertenecer a dos universos distintas. Corea del Sur es un país moderno y desarrollado. Muchas cosas buenas salen de Corea del Sur y sus habitantes son parte del mundo. Porque están perfectamente integrados. Por otro lado, Corea del Norte es un país prisión. Es una sociedad cerrada y aislada del resto del mundo, sufriendo bajo el yugo de una terrible dictadura militar y totalitaria. Lo más espeluznante de Corea del Norte, aparte de la extrema pobreza y del increíble retraso del país, es el enfermizo culto a la personalidad que existe en el lugar. Sus líderes son adorados como semidioses. Todo está militarizado. Todo está centralizado. El Estado tiene el control total y ahí nadie estornuda sin el permiso del partido. Es un lugar de pesadilla.