Un fuerte terremoto sacudió el 6 de febrero el sureste de Turquía, junto a la frontera con Siria, causando hasta ahora la muerte de más de 5,000 personas. El terremoto tuvo una magnitud de 7.8 grados en la escala de Richter, lo que internacionalmente se considera un sismo "grave", y se produjo a lo largo de 100 km (62 millas) de la falla.
Las infraestructuras de la zona sufrieron graves daños, lo que provocó una catástrofe humanitaria transfronteriza mortal.
Sin embargo, el mundo no tardó en reaccionar. A través de Internet y de diversas plataformas de medios sociales, la gente ha estado recaudando fondos para que las organizaciones de ayuda locales e internacionales presten socorro a los damnificados.