La Unión Europea es famosa por su ambivalente relación con la privacidad: por un lado, fue el primer lugar del mundo en aplicar una estricta normativa de protección de datos. Por otro, su proyecto de moneda digital del banco central (CBDC) carece de los estándares de anonimato de las criptomonedas privadas.
Sin embargo, la semana pasada los legisladores de la UE dieron un paso vital para adoptar la privacidad en el espacio de las identidades digitales de los ciudadanos. El 9 de febrero, la Comisión de Industria, Investigación y Energía incluyó la norma de las pruebas de conocimiento cero en sus enmiendas al marco europeo de identidad digital (eID). La última actualización fue aprobada por 55 votos a favor y 8 en contra en la comisión; el proyecto pasará ahora a la fase de negociaciones a tres bandas.
Aunque el último borrador aún no está disponible públicamente, el comunicado especifica que los ciudadanos de la UE tendrían pleno control de sus datos, con la opción de decidir qué información compartir y con quién: