¡El oro, el dólar, el S&P 500 y Bitcoin! A primera vista, podríamos pensar que nada, que son cuatro activos de inversión muy distintos entre sí. Pero si los analizamos desde el punto de vista del inversor, cuyo único propósito es hacer crecer su portafolio, veremos que hay algunas diferencias y similitudes que vale la pena conocer.
Por ejemplo, ¿sabías que el oro y el dólar suelen tener una relación inversa, es decir, que cuando uno sube el otro baja? ¿O que el S&P 500 y Bitcoin tienen una correlación positiva, es decir, que se mueven en la misma dirección? Estas relaciones no son fijas ni absolutas, pero pueden ayudarnos a entender cómo se comportan estos mercados y cómo diversificar nuestro portafolio.
El oro, el dólar y Bitcoin son activos no productivos. O sea, no tienen valor intrínseco. Bueno, el oro por ser un metal tiene algún uso en la joyería o en la industria. Pero como ya lo dije en la introducción, aquí no estamos hablando del oro como mercancía que se puede usar, estamos hablando del oro como una inversión. Ese que se compra en forma de monedas o lingotes para guardar en una bóveda esperando que su precio suba. ¿Y por qué sube? Porque hay gente dispuesta a pagar más por él. Lo mismo pasa con el dólar y Bitcoin. Son activos que dependen de la oferta y la demanda, de la confianza y la especulación. No generan ningún beneficio por sí mismos, solo esperan que alguien los quiera más que nosotros. ¿Y eso es bueno o malo? Depende de cómo lo mires.