Por Lucia Mutikani
WASHINGTON, 25 ene (Reuters) - Es probable que la economía de Estados Unidos creciera a su ritmo más lento en 1 año y medio en el cuarto trimestre, según analistas consultados, ya que las empresas redujeron la inversión en inventarios y el gasto de los consumidores se enfrió, aunque el crecimiento bastó para evitar una recesión en 2023.
El informe provisional del Departamento de Comercio sobre el producto interior bruto del cuarto trimestre que se publicará el jueves —que también traerá un indicador de inflación con una posible moderación en el último trimestre de 2023— reforzará las expectativas de que la Reserva Federal empezará a recortar los tipos de interés en algún momento del primer semestre de este año.
"Esperamos que el crecimiento se sitúe justo en el punto óptimo para la Reserva Federal", dijo Scott Anderson, economista jefe para Estados Unidos de BMO Capital Markets en San Francisco. "Lo suficientemente lento como para mantener la presión a la baja sobre la inflación, pero lo suficientemente sólido como para mantener el crecimiento de la economía en la primera mitad de 2024".
Según una encuesta de Reuters entre economistas, se espera que el PIB aumentara a una tasa anualizada del 2,0% el trimestre pasado. Sería el crecimiento más lento desde el segundo trimestre de 2022 tras a un ritmo de aceleración del 4,9% en el trimestre julio-septiembre. Las estimaciones oscilaban entre el 0,8% y el 2,8%.
La economía seguiría expandiéndose a un ritmo superior a lo que los altos cargos de la Reserva Federal consideran la tasa de crecimiento no inflacionista, en torno al 1,8%. Se espera que el crecimiento para todo el año se sitúe en torno al 2,5%, por encima del 1,9% registrado en 2022.
Desde mediados de 2022, la economía ha desafiado las predicciones de desaceleración de economistas y empresarios, en parte gracias a la resistencia del mercado laboral, que muestra un bajo número de despidos y fuertes subidas salariales, lo que refuerza el gasto de los consumidores.
Se espera que el Departamento de Trabajo informe el jueves de un aumento moderado de las solicitudes iniciales de subsidios de desempleo estatales la semana pasada. El aumento del gasto público y los tipos de interés casi nulos durante la pandemia del COVID-19, que permitieron a algunas empresas y hogares obtener préstamos a tipos bajos, también han contribuido a evitar una recesión.
Los economistas habían basado en gran medida sus sombrías previsiones en el rápido ritmo al que la Reserva Federal estaba subiendo los tipos para frenar la demanda. La mayoría se ha retractado de sus previsiones de recesión y ahora prevé un crecimiento lento este año, antes de una aceleración en 2025, a medida que surtan efecto los recortes de tipos previstos.
"Esto no quiere decir que la economía estadounidense no pueda entrar en recesión", dijo Sam Bullard, economista de Wells Fargo (NYSE:WFC) Securities en Charlotte, Carolina del Norte. "Es sólo que ahora creemos que es más probable que haya un camino hacia un 'aterrizaje suave', en el que no tengamos constantes cifras negativas del PIB".
Se espera que en su reunión de la semana que viene el banco central estadounidense mantenga sin cambios su tipo de interés oficial en el rango actual del 5,25%-5,50%. Con los datos económicos, incluido el crecimiento salarial de diciembre y las ventas minoristas, sorprendiendo al alza, los mercados financieros han situado las probabilidades de un recorte de tipos en marzo por debajo del 50%, pero las probabilidades aumentan para la reunión de mayo. Desde marzo de 2022, la Fed ha subido su tipo de interés de referencia a un día en 525 puntos básicos.
Se espera que la acumulación de existencias haya restado al menos un punto porcentual completo al crecimiento del PIB en el cuarto trimestre, tras haber añadido 1,27 puntos porcentuales en el periodo anterior. JPMorgan (NYSE:JPM) estima que la inversión en inventarios aumentó a un ritmo de 14.700 millones de dólares el pasado trimestre, lo que supone un descenso respecto al ritmo de 77.800 millones del tercer trimestre.
GASTO LENTO, PERO SANO
Se espera que el crecimiento del gasto de los consumidores, que representa más de dos tercios de la actividad económica de EEUU, se haya ralentizado hasta situarse en torno a una tasa aún saludable del 2,5% en el trimestre octubre-diciembre, frente al ritmo del 3,1% del trimestre julio-septiembre.
El gasto también se ha visto respaldado por los hogares que han recurrido a los ahorros acumulados durante la pandemia. Los hogares de renta baja, que han agotado sus ahorros sobrantes, han recurrido a las tarjetas de crédito para financiar sus compras.
En un escenario de crecientes indicios de angustia de los consumidores por el encarecimiento de los préstamos, los economistas prevén que el gasto se ralentice significativamente y provoque un estancamiento o una contracción de la economía en el segundo trimestre. También habrá menos gasto público destinado a los hogares.
"Esto afectará al consumo en el futuro", afirma Dan North, economista jefe de Allianz (ETR:ALVG) Trade North America. "Estamos ante un crecimiento muy lento, nuestra previsión no es de recesión".
Para el cuarto trimestre, se espera un sólido ritmo de gasto público, impulsado por las administraciones estatales y locales, donde la contratación ha representado una parte importante del reciente aumento de las nóminas.
Se espera que el crecimiento de la inversión residencial se ralentice tras nueve trimestres consecutivos de descensos, ya que el aumento de los tipos hipotecarios y la escasez de oferta pesan sobre las reventas de viviendas, reduciendo las comisiones de los intermediarios. Se prevé que el gasto empresarial en equipamiento repunte tras contraerse en el tercer trimestre.
Los economistas no se ponen de acuerdo sobre si el comercio contribuyó ligeramente o no al crecimiento del PIB.
Los analistas creen que la inflación siguió disminuyendo el trimestre pasado. Se prevé que el índice de inflación de la economía aumente en torno al 2,2%, ralentizándose desde el 2,9% del tercer trimestre.
Se estima que el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE), excluidos los componentes volátiles de alimentos y energía, aumentó a un ritmo del 2,0%, igualando el avance del trimestre julio-septiembre. El llamado índice de precios PCE subyacente es una de las medidas de inflación que observa la Reserva Federal para alcanzar su objetivo del 2%.
"Seguimos en modo desinflacionista", dijo Brian Bethune, profesor de economía del Boston College. "El único problema que queda en términos de inflación es la vivienda. Hay una deficiencia estructural significativa de la oferta de vivienda en relación con la demanda, y sólo hay una cantidad limitada de cosas que la Fed puede hacer al respecto."
(Reporte de Lucia Mutikani; editado en español por José Muñoz)