Arantxa Iñiguez
Fráncfort (Alemania), 27 nov (EFE).- El vicepresidente del BCE, Vítor Constancio, dijo hoy que si la entidad se decide por comprar deuda soberana no lo hará para ayudar a países específicos, como ocurrió en 2010 con Grecia y en 2011 con Italia y España, sino que será para impulsar el ritmo monetario y su balance.
En la presentación del segundo informe semestral de estabilidad financiera de 2014, Constancio señaló que se trataría de un programa de compra de deuda "a gran escala para el conjunto de la zona del euro".
Constancio señaló el martes en Londres que la entidad está preparada para comprar deuda soberana a principios del próximo año si considera que se necesitan medidas de estímulo más agresivas.
El BCE comprará deuda soberana en la misma proporción a la participación de cada banco central nacional de la zona del euro en su capital, dijo a EFE el analista de Commerzbank Michael Schubert.
Por ejemplo, si el BCE compra 100.000 millones de euros de deuda soberana, un 25,7 % de la cantidad será deuda alemana, un 20,3 % francesa, un 17,6 % italiana, un 12,6 % española y un 5,7 % holandesa.
El resto de países de la zona del euro aportan el 18 % restante al capital del BCE.
Estas compras presionarán a la baja el tipo de cambio del euro frente al dólar, algo que contribuirá al crecimiento económico porque facilita las exportaciones de las empresas europeas.
El cambio cayó hoy un poco y se cambiaba por debajo de los 1,25 dólares.
El BCE espera que las medidas ya acordadas, inyecciones de liquidez a cuatro años y compras de bonos garantizados y de titulización, incrementen su balance al nivel que tenía a principios de 2012, un billón de euros superior al actual, pero si no es así optará por otras medidas como las adquisiciones de deuda soberana.
Los expertos consideran que el mercado de bonos garantizados y de titulización no es suficientemente grande para lograr ese billón de euros y que por ello es muy probable que el BCE adquiera deuda pública.
El BCE observa que uno de los principales riesgos para la estabilidad financiera es que emerjan preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda soberana dado el bajo crecimiento y la vacilante determinación política por aplicar reformas estructurales y fiscales.
Si el BCE compra deuda soberana de países como Francia e Italia, ganarán tiempo antes de aplicar las reformas económicas necesarias para reactivar sus economías, según algunos expertos.
Constancio añadió que todavía no se ha reducido suficientemente el vínculo entre la deuda soberana y los bancos desde los máximos alcanzados en la crisis.
No obstante, "la tensión sistémica entre los bancos de la zona del euro y los soberanos cayó a los niveles vistos antes de que surgiera la crisis financiera global en 2007", según el informe.
El principal riesgo para la estabilidad financiera es, según el BCE, la falta de crecimiento en la zona del euro, acompañada de una inflación muy baja.
"El sentimiento entusiasta general en el mercado financiero contrasta con la débil, frágil y desigual recuperación económica, pese a los progresos logrados a la hora de afrontar las vulnerabilidades bancarias y soberanas", dijo el BCE.
En este sentido, Constancio hizo hincapié en que el mandato del BCE es garantizar la estabilidad de precios a medio plazo, en ambas direcciones, tanto si hay una excesiva tendencia al alza, como si están demasiado bajos.
Por ello, el BCE utilizará los instrumentos de que dispone dentro de su mandato para garantizar que la inflación de la zona del euro, que se sitúa en el 0,4 %, no siga en este nivel demasiado tiempo e, incluso, se produzca una deflación.