Madrid, 29 dic (EFE).- La recuperación económica y la generación
de empleo, el fortalecimiento de la seguridad de Europa y la
igualdad de género serán los ejes de la presidencia española de la
UE, que también estará marcada por la puesta en marcha del Tratado
de Lisboa y los nuevos cargos.
La que será cuarta presidencia europea de España viene
condicionada por la crisis económica de la que aún se resiente la UE
y por la necesidad de impulsar un marco de crecimiento sostenible
que permita la creación de puestos de trabajo de calidad en los
próximos años.
Durante el mandato español, los Veintisiete deben renovar la
llamada Estrategia de Lisboa, para fijar las bases del futuro modelo
económico en la presente década.
La nueva estrategia postLisboa definirá los futuros desafíos
económicos, sociales, medioambientales y de empleo, que se irán
concretando en la cumbre extraordinaria que el presidente estable
del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, quiere convocar a
principios de febrero.
Para España, el futuro marco debe reservar un papel clave a las
nuevas tecnologías y a la educación, con el propósito de reforzar la
competitividad de la economía europea, como se explica en el
programa de la presidencia.
El Gobierno cree conveniente que la salida de la crisis se apoye
en políticas coordinadas para ir retirando progresivamente los
estímulos fiscales y las ayudas al sector financiero aplicadas en
los últimos meses y reducir así el déficit público.
También ligado al plano económico, España se ha marcado como
objetivos hacer que la UE siga liderando la lucha contra el cambio
climático después del fracaso de la Cumbre de Copenhague y promover
una política energética común para garantizar el abastecimiento.
En materia de seguridad, España trabajará para lograr una mayor
coordinación entre los países e instituciones europeas en la lucha
contra el terrorismo internacional y el crimen organizado desde el
punto de vista político, judicial y policial.
Otro objetivo es avanzar hacia la armonización de las
legislaciones de cada Estado miembro y en el mutuo reconocimiento de
las decisiones judiciales.
Se propone además la creación de un registro de delincuentes de
terceros países, así como la atención de las víctimas del terrorismo
y de la violencia machista.
El Gobierno aboga por la creación del Observatorio Europeo de la
Igualdad de Género y por hacer partícipes de las mismas
oportunidades a todos los ciudadanos de la UE.
Todas las actuaciones que lleve a cabo la presidencia española
tendrán como principios vertebradores la innovación -tecnológica,
económica, institucional y política- y la igualdad -entre hombres y
mujeres, regiones y estados-.
El control migratorio es otra meta fijada por España, que
defiende la unificación de los criterios de contratación laboral y
de repatriación para quienes entren ilegalmente en la UE.
En política exterior, se apuesta por potenciar la relación con
Estados Unidos, Rusia y América Latina y por mejorar la cooperación
con otras regiones, como el Mediterráneo, Afganistán y Pakistán,
Canadá, Japón y África, con la base siempre del respeto a los
derechos humanos.
Apoyar el proceso de adhesión de Croacia e Islandia y la
perspectiva europea de Turquía y los Balcanes Occidentales es
también una prioridad, como la de consolidar a Marruecos como un
socio estratégico.
En el ámbito social, se promoverán iniciativas para mejorar la
calidad de los sistemas de salud, la seguridad alimentaria y la
protección de los consumidores.
Para completar el cuadro de objetivos, se subraya la importancia
de defender la propiedad intelectual frente a la piratería y de
desarrollar el espacio europeo de investigación.
Todas estas líneas de actuación están compartidas con Bélgica y
Hungría, los países que sucederán a España al frente de la UE en el
segundo semestre de 2010 y la primera mitad de 2011,
respectivamente.
El programa en trío es una novedad que se inicia con la
presidencia española para dar continuidad a determinadas líneas de
trabajo en el medio y largo plazo. EFE