La Paz, 11 may (EFE).- El Gobierno de Evo Morales anunció hoy la
solución de dos conflictos que causaron violencia en los últimos
días, uno con la Central Obrera Boliviana (COB) y otro con el pueblo
de Caranavi, pero todavía hay sectores sindicales inconformes con el
primer convenio.
El ministro de la Presidencia, Óscar Coca, y el vocero de
Morales, Iván Canelas, informaron esta noche, por separado, sobre
los acuerdos alcanzados, también en reuniones diferentes, con los
líderes de la única central obrera de Bolivia y los dirigentes de
Caranavi.
Coca dijo al canal estatal de televisión en el pueblo de Panduro,
en el altiplano, que el convenio con la COB permite suspender la
marcha sindical que se dirigía a La Paz desde el lunes y "todas las
medidas que se realizaban en el país" contra la política salarial
oficial.
La COB y sus sindicatos afiliados demandaban un incremento de los
salarios mayor del cinco por ciento decretado por Morales y reformas
a la ley de Pensiones de 1996.
Coca explicó que el Gobierno ratifica que dará un aumento de sólo
el cinco por ciento para el conjunto de la masa salarial, pero que
se aplicará una fórmula de distribución que permitirá mayores
ingresos a quienes menos ganan.
Se acordó además que la edad de jubilación sea de 58 años, algo
que, según dijo, sólo ocurrirá en Bolivia, pues en Latinoamérica el
margen está entre 60 y 65 años.
Aunque Coca no lo mencionó, otros miembros del gabinete de
Morales han destacado hoy también el hecho de que los mineros podrán
jubilarse a los 56 años, o incluso a los 51 si trabajaron en los
socavones.
Coca dio por segura la firma del acuerdo con la COB en las
siguientes horas, aunque sectores disconformes con lo pactado, como
los maestros y los trabajadores de la salud, lo criticaron porque no
mejora para todos la meta principal: superar el cinco por ciento de
aumento salarial.
Dirigentes de los maestros anunciaron a los medios informativos
que mañana seguirán por su cuenta la marcha hacia La Paz, en tanto
que los líderes de los fabriles dijeron que harán asambleas para
evaluar el convenio.
Todavía hay algunos grupos de obreros fabriles que se mantienen
en una huelga de hambre iniciada hace 14 días, aunque se ha
realizado por relevos debido a las bajas médicas de los primeros
huelguistas.
Los disconformes lanzaron piedras contra los dirigentes de la COB
en Panduro y cerraron las puertas del lugar donde se hacía la
negociación, lo que fue replicado por los mineros -núcleo duro de la
central sindical- con detonaciones de dinamita para dispersar a
quienes no aceptan el convenio.
Entretanto, en La Paz, el portavoz presidencial Canelas anunció
un acuerdo para solucionar el conflicto del pueblo de Caranavi, que
la semana pasada causó dos muertes y una veintena de heridos, y
mantuvo bloqueada por 13 días una carretera que va de La Paz a la
Amazonía.
En esas conversaciones, que duraron casi nueve horas continuas,
participó el mismo Morales, a quien los pobladores de Caranavi piden
la construcción de una planta de cítricos allí, en lugar de la
vecina Alto Beni.
Los vecinos de Caranavi dicen que Morales les prometió la planta
en su pueblo, pero el Gobierno matiza que habló de la región y no de
la localidad.
El acuerdo final consiste en un compromiso de Morales para la
construcción de dos plantas procesadoras de cítricos, una para
Caranavi y otra para Alto Beni, explicó el portavoz presidencial.
El dirigente campesino Gustavo Aliaga dijo que una planta se
construirá en los próximos meses en Caranavi y otra después en Alto
Beni, que puede "tardar años".
Además, hay un compromiso del Ejecutivo para que la muerte de dos
jóvenes de Caranavi durante el conflicto sea investigada a nivel
nacional e internacional. EFE