Guillem Martínez Pujol
Pekín, 15 sep (EFE).- La segunda edición del Foro de Inversores
China-América Latina (LA-CIF, por sus siglas en inglés) se inauguró
hoy en Pekín con la participación de más de 800 representantes
empresariales de las dos partes y el objetivo de ampliar la apuesta
china por la región más allá de las materias primas.
América Latina -que según el Banco Mundial (BM) tendrá un sólido
crecimiento económico del 5,1 por ciento en 2010- se ha convertido
en el segundo mayor destino de la inversión china, después de Asia,
al alcanzar un 13 por ciento del total, según datos recientes del
Ministerio de Comercio chino.
La inversión en los países latinoamericanos de la que ya es la
segunda potencia económica mundial alcanzó los 7.330 millones de
dólares en 2009, prácticamente doblando la destinada en 2008, cuando
totalizó 3.680 millones de dólares.
El fin de este encuentro, según los organizadores, es "explicar y
descubrir más oportunidades en Latinoamérica a un grupo más amplio y
más profundo de inversores directos e indirectos de China".
Entre América Latina y China existe una complementariedad básica:
la primera tiene los recursos naturales que necesita la segunda para
seguir creciendo, en concreto reservas de petróleo, metales,
minerales y proyectos de infraestructuras.
"El sector energético, los transportes y los recursos naturales",
enumeró Bernardo Guillamón, adjunto a la presidencia del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), que consideró que el apetito de
materias primas del país asiático seguirá siendo clave.
"No creo que China esté preparada para iniciar la inversiones en
capitales en América Latina porque no está familiarizada con el
entorno regulador", expuso Gerardo Mato, director de Banca Global
para Latinoamérica del HSBC.
El economista lamentó la imagen distorsionada que China tiene de
la política latinoamericana, todavía asociada a la inestabilidad y a
la falta de un marco jurídico fiable.
Brasil es el principal receptor de estas inversiones, que se
centran sobre todo en las grandes naciones: así, entre ese país,
Chile y Perú acumulan más de la mitad de las inversiones chinas en
la región.
Sin embargo, los empresarios coincidieron en descartar el riesgo
de que en Latinoamérica suceda lo mismo que en África, donde se
acusa a China de haberse aprovechado de los recursos naturales y de
trasladar a su propio personal para las explotaciones.
Los expertos afirmaron que Pekín se ve beneficiado por la
percepción de la sociedad latinoamericana de que se trata de
negocios entre países "emergentes", en contraste con la posición
dominante que se sufre cuando se negocia con EEUU o Europa.
"Estamos a décadas de que se viva una preocupación (en los países
latinoamericanos) por una 'colonización' china", concluyó David
Deker, director del departamento de Latinoamérica del estadounidense
Bank of America Merrill Lynch.
La cita pequinesa reunió a representantes de importantes actores
chinos y latinoamericanos, como el estatal Banco de Desarrollo de
China (CDB), el Banco de Importaciones y Exportaciones de China
(Eximbank), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la chilena
Corporación del Cobre (Codelco), entre otros.
En el foro también se repasaron las últimas grandes operaciones
registradas, paradigmáticas de la sed china de recursos.
Así, la compra del 50 por ciento de la firma argentina Bridas por
parte de la China Nacional Oil Offshore Corporation (CNOOC) por un
valor de 3.100 millones de dólares, o la adquisición del campo
petrolífero marítimo brasileño Peregrino a manos de la petroquímica
estatal Sinochem, por otros 3.000 millones de dólares, son ejemplos
de lo que China ansía, hoy por hoy, de Latinoamérica. EFE