Londres, 2 oct (EFE).- El Gobierno británico quiere suavizar la
ley sobre salud y seguridad laboral por considerar excesivas e
incluso absurdas normas como la prohibición de que los restaurantes
ofrezcan palillos dentales a sus clientes o de que los aprendices de
peluquero puedan usar tijeras en su lugar de trabajo.
El Ejecutivo de coalición entre conservadores y liberal
demócratas ha encargado a David Young, que ocupó puestos de
responsabilidad en los Gobiernos de Margaret Thatcher en la década
de 1980, que revise la ley para hacerla más razonable.
Se trata de una promesa que el primer ministro, el conservador
David Cameron, hizo en la campaña electoral de los comicios de mayo
pasado, en la que subrayó que la ley puede resultar más perjudicial
que beneficiosa por lo exhaustivo de sus indicaciones.
Cameron citó entonces lo ridículo que resulta que se obligue por
ley a los menores ponerse unas gafas protectoras para jugar a
"conkers", una actividad infantil tradicional en el Reino Unido en
el otoño en la que los niños juegan a romper con una castaña atada
al final de una cuerda las castañas de otros niños.
El primer ministro también consideró absurdo que algunos
ayuntamientos prohibieran a sus trabajadores ponerse chanclas con el
argumento de que así se reducirían los accidentes en el trabajo.
La controversia sobre este asunto cobró mayor intensidad a
principios de año por la prohibición en Gloucestershire (sur de
Inglaterra) de un conocido concurso de persecución de queso.
La competición consiste en perseguir un queso que previamente ha
sido lanzado por una cuesta muy empinada, a consecuencia de lo cual
muchos de los participantes resultan magullados.
Los organizadores decidieron suspender el concurso de este año
por la fuerte presión de la policía y las autoridades locales,
preocupadas por el alto número de eventuales quejas y demandas de
compensación por daños que el evento podía generar.
Meses después, con motivo de la disputa del Mundial de fútbol en
Sudáfrica, la polémica arreció porque hubo ayuntamientos que
prohibieron desplegar banderas de Inglaterra en lugares públicos por
considerar que podían representar un riesgo para la seguridad.
En este sentido, el Gobierno indicó que su objetivo es también
terminar con la "cultura de la compensación", consecuencia del
negocio que han encontrado en este terreno determinados bufetes de
abogados especializados en obtener indemnizaciones económicas.
En declaraciones al diario "Daily Mail", Young manifestó que
"este tipo de tonterías provienen del anterior Gobierno (laborista),
en su intento de crear un Estado niñera y en su intento de querer
mantener a todo el mundo entre algodones".
"Francamente, si quiero hacer algo estúpido y romperme una pierna
o el cuello, es asunto mío. No necesito a un ayuntamiento que me
diga que no sea un idiota. Puedo ser un idiota yo sólo", afirmó.
Young argumentó que los ciudadanos deberían tener la posibilidad
y la capacidad de recurrir decisiones de los ayuntamientos como la
de prohibir el concurso de persecución de queso, en virtud de la
normativa sobre sanidad y seguridad laboral.
La normativa en vigor cuenta con defensores, como los principales
sindicatos del país, que la consideran "apropiada para evitar los
riesgos", especialmente en el ámbito laboral.
El sindicato TUC ha acusado en el pasado a los conservadores de
tergiversar el contenido de la ley para ganarse el favor del público
al destacar casos particulares que no son un reflejo del beneficio
general que representa esta normativa para los ciudadanos. EFE