Bruselas, 22 jun (EFE).- Los líderes de la Unión Europea inician mañana una complicada cumbre que busca mostrar firmeza ante el agravamiento de la crisis griega y el aumento de las protestas populares en varios países contra las medidas de ajuste.
El Consejo Europeo del jueves y viernes en Bruselas llega además en momentos de dudas, ya que muchos gobiernos comunitarios han sufrido castigos electorales por las medidas de ajuste, mientras que en otros países han visto el ascenso de partidos euroescépticos o ultraderechistas.
Además, los intentos de algunos estados de la Europa sin fronteras (como Francia o Dinamarca) por restaurar los controles fronterizos han terminado de levantar la voz de alarma ante dos de los grandes logros de la UE: el euro y la libertad de circulación.
Así pues, más allá de la grave situación puntual de Grecia, esta cumbre debe renovar el compromiso de los jefes de Estado y Gobierno en el conjunto del proyecto europeo.
Este Consejo Europeo tendrá un formato diferente, pues comienza mañana con una cena de trabajo a las 17:30 GMT centrada en cuestiones económicas, con la crisis griega como gran protagonista.
La situación de Grecia estará en los debates, pero sólo como una discusión, ya que no hay decisiones que tomar. Los líderes comunitarios respaldarán de nuevo el trabajo del primer ministro griego, Yorgos Papandréu, quien la pasada madrugada superó una moción de confianza en su Parlamento.
El Gobierno griego se ha comprometido a lograr el apoyo del Parlamento antes de final de mes a las nuevas reformas y a un amplio plan de privatizaciones, lo que a su vez debe permitir que los países del euro desbloqueen el quinto tramo del programa de rescate (12.000 millones de euros; de los que 8.700 corresponden a la UE y 3.300 al FMI).
A fin de facilitar la decisión parlamentaria y combatir el creciente rechazo popular a las medidas de ajuste, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, propuso el martes facilitar al país el acceso a fondos comunitarios ya existentes para incentivar el crecimiento y combatir el paro.
Más allá de la cuestión griega, la cumbre concluirá varios elementos emprendidos en el último año para evitar nuevas crisis financieras o limitar su impacto.
Así, los jefes de Estado y Gobierno comunitarios darán su aprobación final de las directrices para la coordinación de las políticas económicas de los países de la UE (el llamado "semestre europeo"), así como de las recomendaciones individuales a cada país que la Comisión presentó a comienzos de mes.
También se dará el visto bueno definitivo a la modificación del Tratado necesaria para establecer a partir de 2013 un mecanismo de rescate permanente de países con problemas.
"Este Consejo Europeo dará pasos muy importantes para asegurar que la política económica de la UE es a la vez más coherente y más eficaz", afirmó hoy Barroso ante el pleno de la Eurocámara.
Tras centrarse en economía en la noche del jueves, los líderes de la UE reanudarán la cumbre el viernes con una discusión sobre el Tratado de Schengen y el control de las fronteras.
Se prevé que el Consejo Europeo acepte introducir un mecanismo de salvaguarda al reglamento que regula el funcionamiento de Schengen para que "ante casos extraordinarios, acotados en el tiempo y preestablecidos" y "siempre como última opción", "los países puedan reintroducir sus controles", apuntan fuentes diplomáticas.
Se trata de una solución intermedia entre los países como Francia y Dinamarca, que buscan querrían restringir más la libre circulación y aquellos que, como España, defienden que no hay que tocar una coma del Tratado de Schengen.
Además, la cumbre acordará el reforzamiento de la agencia de control de fronteras externas (Frontex).
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