Madrid, 20 mar (.).- El Banco de España teme que la suave desaceleración que prevé para la economía española se vea precipitada, entre otros factores, por la moderación en el consumo de las familias, ya que "da la sensación de que llevan demasiado hundido el pie en el acelerador".
Así lo ha resumido este miércoles el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, al presentar la actualización de sus previsiones de crecimiento del PIB para este y los próximos dos años, que mantiene en el 2,2 %, 1,9 % y 1,7 %, respectivamente.
Pese a que estas previsiones son iguales a las publicadas en diciembre, Arce ha advertido de que están aumentando los riesgos de que finalmente las tasas de crecimiento sean inferiores.
El principal riesgo interno es que el consumo de los hogares -que es y "va a seguir siendo el principal motor de crecimiento" de la economía española- se enfríe y se transforme en parte en ahorro, cuya tasa actual es incluso inferior a la registrada antes de la crisis.
"Además, los hogares están recurriendo mucho al crédito al consumo, apoyado en el bueno comportamiento del empleo", ha advertido Arce, que también ha alertado de la incertidumbre sobre la futura orientación de las políticas económicas y, en particular, de la reanudación de la consolidación fiscal, necesaria para reducir la vulnerabilidad de la economía.
En ese sentido, ha criticado que la reducción del déficit vaya a pasar "otro año más en barbecho", con un recorte de tan sólo dos décimas, que lo situará este año en el 2,5 %.
También ha pedido "cautela" a los agentes económicos que estén subiendo por convenio los salarios sin tener muy en cuentas las circunstancias de cada empresa o sector, lo que puede erosionar las mejoras competitivas que han estado en el origen de la recuperación.
"No estamos en contra de esas subidas", ha dicho Arce, que sin embargo observa con "cierta inquietud" que están siendo muy generalizadas y "puede ser que haya cierto desacople con los costes laborales y las condiciones de productividad, competitividad y demanda" de cada empresa y sector.
Respecto al efecto que está teniendo la subida del salario mínimo, el Banco de España ratifica su previsión de que podría suponer la pérdida de 125.000 empleos este año (equivalente a siete décimas sobre la tasa de empleo), aunque añade que puede derivar también en un "cierto repunte" de la productividad aparente en 2019, ya que el empleo destruido será entre quienes tienen una productividad más baja.
En cualquier caso, el Banco de España cree que el empleo crecerá este año y los dos siguientes al 1,6 % interanual, frente al 2,5 % de 2018, para dejar la tasa de paro al final de 2021 en el 12,1 %.
Para Arce, aún es "muy temprano para hacer un análisis mínimamente riguroso" sobre el efecto del salario mínimo en el mercado laboral pues sólo hay datos de los dos primeros meses del año, aunque es una cuestión que el Banco de España sigue "muy de cerca" y dice sentirse "cómodo" con sus previsiones del pasado febrero.
En el ámbito exterior, el supervisor teme particularmente la indefinición de los detalles relativos al "brexit", que se ha convertido en un "auténtico carajal" en el que "no se sabe lo que va a ocurrir", así como la posible adopción de nuevas medidas proteccionistas a nivel global que empeoren aún más la situación.
Sin embargo, ha decidido reducir una décima por el lastre que cree que el sector exterior supondrá para el crecimiento de este año, para dejarlo en el 0,1 %, mientras que también ha reducido en una décima el efecto positivo que cree que tendrá la demanda nacional, hasta el 2,3 %.
El Banco de España calcula que la economía española crecerá un 0,6 % entre enero y marzo de este año, una décima menos de lo calculado previamente, aunque en términos generales se mantiene optimista sobre la prolongación del ciclo alcista del PIB real, y que Arce "firmaría hoy" para que se cumpliera, y no ve indicios de burbuja inmobiliaria.
Sin embargo, teme que el PIB nominal se deteriore más rápidamente de lo previsto, debido a la moderación de la inflación, que podría quedar este año en el 1,2 % (cuatro décimas menos de lo previsto), para luego recuperarse gradualmente hasta el 1,6 %, al tiempo que la subyacente (sin energía y alimentos) está "generando ya sorpresas negativas".
En términos generales, "se ven bastantes riesgos, muchos muy relevantes, y todos ellos orientados a la baja", ha resumido Arce.