Marrakech (Marruecos), 11 oct (.).- El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha asegurado este miércoles que la respuesta de la política monetaria a una eventual nueva crisis de precios energéticos "no sería la misma" que la del pasado año, cuando supuso sucesivas subidas de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Durante su intervención en un evento sobre la estabilidad de precios en la eurozona en el marco de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), Hernández de Cos ha explicado que el pasado año la demanda crecía con fuerza tras la pandemia, mientras que ahora la demanda desciende y el balance del BCE está bajando, por lo que una eventual subida de precios tendría un efecto diferente en la inflación.
Precisamente la posibilidad de una nueva crisis energética es uno de los elementos que arrojan incertidumbre sobre la previsión del BCE de que la inflación se acerque a su objetivo a medio plazo "con el actual nivel de tipos" si este se mantiene el suficiente tiempo.
Esta intención, ha insistido, es "condicional" porque "la incertidumbre sigue muy alta", pero el BCE hará "lo que sea necesario para alcanzar el objetivo" de inflación.
El gobernador del Banco de España llamó a "ser cautelosos", aunque se mostró "más confiado y seguro" de la trayectoria de la inflación para llevarla a la meta del 2 % en 2025.
Estas previsiones de inflación son compatibles con subidas salariales que permitan recuperar el poder adquisitivo perdido en 2022, ha apuntado, gracias al "colchón" de los márgenes empresariales y a la ganancia de productividad.
Las empresas han mantenido el empleo pese a la ralentización económica porque esperan que la crisis de precios sea temporal, ha explicado, por lo que cuando la recuperación se produzca ganarán competitividad.
Con respecto a la política fiscal, Hernández de Cos ha instado a retirar las medidas antiinflación y ha recalcado que la política fiscal debería ser "más restrictiva" el próximo año, tanto para reducir los desequilibrios de déficit y deuda como para apoyar a la política monetaria.
En cuanto a los impuestos sobre los beneficios de los bancos, el responsable español ha opinado que este dinero debería quedar en estas instituciones "para aumentar la resiliencia" del sector.
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