Bangkok, 20 jul (.).- Birmania (Myanmar) ha destruido 1,2 millones de empleos en medio de un grave deterioro de la economía desde que los militares tomaron el poder en un golpe de Estado el pasado 1 de febrero, indicó la Organización Internacional de Trabajo (OIT).
En un comunicado, la OIT señaló que la pérdida equivale al 6 por ciento de empleos perdidos en el segundo trimestre de este año en comparación con el último trimestre de 2020, un periodo en el que también bajaron las horas trabajadas en un 14 por ciento, equivalentes a 2,2 millones de empleos.
Se estima que las mujeres se han visto más afectadas tanto en términos de empleos como de horas de trabajo destruidos, según un informe sobre empleo de la OIT.
"Birmania ya padecía estrés económico con trabajos amenazados por la pandemia de la covid-19. Sin embargo, las estimaciones muestran un rápido deterioro del empleo en la primera mitad del año en una escala que podría llevar a muchos birmanos a una pobreza profunda", dijo Donglin Li, representante de la OIT en Birmania.
Según el organismo multilateral, el empleo ha bajado un 35 por ciento en el sector de la construcción, un 31 por ciento en el textil y otro 25 por ciento en el del turismo.
Tras el golpe militar, miles de trabajadores se declararon en huelga y se unieron al movimiento de desobediencia civil, lo que ha generado problemas en el sector bancario, sanitario, educativo e industrial, entre otros.
Las protestas contra el golpe y huelgas han sido respondidas con represión por las fuerzas de la junta militar, responsable de la muerte de más de 900 personas y la detención de más de 6.800, según datos de la Asociación de Asistencia a los Prisioneros Políticos.
"La crisis política ha desestabilizado profundamente la economía y frenado las expectativas de recuperación económica", indica la OIT en el informe, en el que precisa que sus estimaciones, debido a la falta de datos oficiales, puede que no reflejen completamente la gravedad de la situación.
El Banco Mundial pronosticó en marzo que el PIB birmano bajará este año un 10 por ciento, cifra que el Banco Asiático de Desarrollo situó en abril en menos del 9,8 por ciento, antes de la grave ola de la covid-19 que en las últimas semanas está causando estragos en el país.