Washington, 30 oct (.).- La progresiva ralentización de la economía de Estados Unidos se ahondó en el tercer trimestre del año al expandirse a un ritmo anual del 1,9 %, según el dato anunciado hoy por el Departamento de Comercio.
Se trata de la primera de las tres estimaciones de evolución del producto interior bruto (PIB) que hace el Gobierno de EEUU.
El dato apunta a la continuada ralentización de la economía estadounidense en el tercer trimestre, después de registrar un ritmo de crecimiento del 3,1 % en el primer trimestre del año y del 2 % en el segundo.
La cifra del tercer trimestre es, no obstante, mejor de lo anticipado por los analistas, que esperaban un dato aún más bajo, del 1,6 %.
"La expansión de la economía de EEUU es la más prolongada en la historia y mientras vemos que continuará en 2020 los riesgos de al menos un trimestre de crecimiento negativo están aumentando", afirmó James Knightley, economista internacional jefe de ING (AS:INGA) en una nota a clientes.
El gasto de los consumidores, que en EE.UU. representa casi dos tercios de la actividad económica, aumentó un 2,9 % pero se redujo frente al 4,6 % del trimestre anterior.
Por su parte, la inversión empresarial ahondó su descenso con una reducción del 3,5 % frente al 1 % del trimestre previo, y el bajo ritmo de crecimiento de las exportaciones añade asimismo vientos en contra para la actividad.
Poco antes, el presidente estadounidense, Donald Trump, subrayaba que la situación de la economía era "la mejor en la historia de EE.UU".
La cifra de crecimiento se conoce el mismo día en que la Reserva Federal (Fed) divulga el comunicado al término de su reunión de política monetaria, en la que podría rebajar por tercera vez consecutiva los tipos de interés, actualmente entre el 1,75 % y el 2 %.
Trump ha criticado de manera reiterada al banco central por actuar con demasiada lentitud a la hora de rebajar el precio del dinero, y ha asegurado que debería situar los tipos en torno a 0% para estimular el crecimiento.
La economía, no obstante, ha dado señales dispares sobre su estado.
Por un lado, el mercado laboral mantiene su solidez, con una tasa de desempleo por debajo del 4 %, en niveles no vistos en medio siglo; mientras que la inflación sigue contenida y por debajo de la meta anual del 2 % marcada por la Fed.
Asimismo, la guerra comercial desatada con China por el proteccionismo comercial de Trump ha aumentado la preocupación entre los empresarios, con multimillonarios aranceles tanto a la exportación como a la importación.
Como consecuencia, los datos de crecimiento económico están lejos de la promesa que Trump hizo al llegar a la Casa Blanca de llevar al país a un crecimiento sostenido por encima del 3 % anual, algo que por ahora ha incumplido.
También el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha rebajado las previsiones para la economía de EE.UU. a un 2,4 % este año y situado las de 2020 en el 2,1 %.
Este proyecto debilitamiento añade incertidumbre al país de cara a las elecciones presidenciales que tendrán lugar en noviembre del próximo año, y en las que Trump, que ha hecho del buen momento económico su principal argumento, buscará la reelección.
En frente estará el partido demócrata que todavía no cuenta con un candidato definido y que ha mostrado notables divisiones internas entre el ala más centrista, liderado por el exvicepresidente Joe Biden, y la vertiente más izquierdista, encarnada por los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren.