Madrid, 20 jul (.).- El impacto de la pandemia sigue dejando huella en las condiciones y en la salud de los trabajadores con un 60,6 % de los asalariados que ve en riesgo su mala salud mental y un 45,8 % que asegura sufrir "alta tensión" laboral, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona e ISTAS-CCOO.
La encuesta, realizada entre abril y mayo de este año, arroja subidas en estos dos indicadores frente a los resultados del mismo periodo del año pasado, en mitad de lo más duro de una pandemia que ha disparado el estrés y la inseguridad laboral, especialmente entre los que cobran salarios más bajos, concluyen.
Así, frente a los resultados del año pasado, el porcentaje de asalariados que ve en riesgo su salud mental ha subido cinco puntos hasta ese 60,6 % disparándose frente al 23,8 % de 2016 con un sesgo por sexo, ya que las mujeres tienen un 12 % más de riesgo que los hombres, y entre los que reciben salarios más bajos.
Asimismo, el 52,7 % de los participantes en la encuesta de este año considera que su salud ha empeorado durante la pandemia, 16 puntos más que en 2020, y con más prevalencia entre las mujeres (57,2 %) que entre los hombres (48,8 %).
También se eleva, del 44,3 % al 45,8 %, el porcentaje de asalariados que asegura trabajar en situación de alta tensión, una situación que en 2016 aseguraban sufrir el 22,3 % de los trabajadores.
"El porcentaje elevadísimo de la población que trabaja en condiciones de alta tensión se mantiene un año después del estallido del brote", ha subrayado una de las autoras del informe, Clara Llorens durante la presentación.
UNO DE CADA CUATRO TRABAJADORES TOMA FÁRMACOS TRANQUILIZANTES
Una situación, ha añadido, que tiene su claro reflejo en ese empeoramiento de la salud de los trabajadores, con más problemas de sueño y un elevado consumo de somníferos.
"Casi uno de cada cuatro participantes los han consumido durante el último mes, siendo más de la mitad nuevos consumidores, y con un mayor uso entre mujeres que en hombres (29,6 % frente a 18,4 %)", destacan en el informe.
El estudio también refleja que un 41,9 % de la población está preocupada por perder el empleo, el 61,9 % por la disminución de sus salarios y que un 75,2 % manifiesta preocupación por la dificultad de encontrar un nuevo empleo en caso de quedarse en paro.
"Son datos escalofriantes a los que no nos podemos acostumbrar", ha subrayado en la presentación del estudio el secretario general de CCOO, Unai Sordo, que ha urgido a abordar cambios, entre ellos la subida del SMI, para atajar una precariedad "que enferma y mata".
"No son episodios de estrés, son cardiopatías y depresiones", ha incidido Sordo que ha destacado la importancia de las condiciones de trabajo en la salud pública de un país.
EL TELETRABAJO CAE A LA MITAD: "NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE"
El informe también refleja un descenso del uso del teletrabajo, que ha bajado prácticamente a la mitad, al 17,2 %, en comparación con 2020.
Sordo ha explicado esta bajada tanto por la imposibilidad de teletrabajar en muchas de las actividades que se han reactivado -hostelería, comercio, industria- como por un "cierto efecto" rebote tras la masiva implantación en lo más duro de la pandemia.
"Seguirá disminuyendo (...) no es oro todo lo que reluce", ha señalado Sordo, que ve más adecuados los modelos "híbridos".
"Quizá no haya venido para quedarse en la dimensiones que llegó a tener", ha concluido.