Guillermo Benavides
Pekín, 25 sep (.).- La industria de la conducción autónoma en China está transformando el panorama laboral y tecnológico del país, prometiendo revolucionar el transporte mientras crea un nuevo ecosistema de trabajo en torno a los vehículos inteligentes y conectados.
Con políticas como ‘Made in China 2025’ y el ‘Plan de Desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA)’, el sector ha experimentado un crecimiento notable, pero persisten desafíos, especialmente en la superación de barreras tecnológicas y regulatorias.
Según un estudio de la revista China Science Investment, el 86,07 % de los encuestados en China señala las limitaciones tecnológicas como el principal obstáculo para su adopción masiva.
El gigante asiático ha invertido significativamente en la investigación y desarrollo de vehículos autónomos, y en julio del presente año el Ministerio de Industria chino seleccionó 20 ciudades como zonas piloto para la integración carretera-vehículo-nube.
Sin embargo, solo el 14,75 % del público confía plenamente en la seguridad de esta tecnología, lo que refleja la necesidad de una mayor aceptación social.
Empresas locales como Pony.ai, Baidu (NASDAQ:BIDU) y Huawei lideran el desarrollo de soluciones dentro del país asiático, pero también se enfrentan a la competencia internacional y a problemas relacionados con la fiabilidad de la tecnología y la infraestructura.
Solo en Pekín se anunció este año una inversión de 9.939 millones de yuanes (1.416 millones de dólares, 1.265 millones de euros) para desarrollar la infraestructura relacionada, financiada en un 70 % por el Gobierno y 30 % por empresas estatales.
Nuevas profesiones y desafíos en el empleo
Este entorno ha dado lugar a nuevas profesiones, desde ingenieros de software hasta operadores de seguridad remota, que buscan adaptar el mercado laboral a las necesidades de este sector emergente.
El desarrollo de vehículos autónomos ha generado una nueva demanda de puestos como evaluadores de vehículos, técnicos de mantenimiento y desarrolladores de software avanzado, todos necesarios para asegurar la seguridad y eficiencia de los vehículos autónomos.
Jia Binmin, ingeniero de pruebas de Pony.ai, explicó a EFE que "desde la perspectiva de toda la cadena de la industria de la conducción autónoma hay innovaciones en tecnología automotriz y nuevos puestos de trabajo".
Sin embargo, Jia también advierte sobre los desafíos: "En cuanto a vehículos de conducción autónoma cada parte del conjunto de ADK (kit de conducción autónoma) está relacionada con el empleo y el desarrollo económico en un campo muy vertical. Por ejemplo, en chips, sensores, en el diseño de diversos hardware. Todos tratan de aspectos económicos y de empleo distintos".
Un mercado en expansión con incertidumbres
El mercado de vehículos autónomos a nivel global está proyectado a crecer significativamente, alcanzando los 1,5 billones de dólares para 2030, según estimaciones de un estudio realizado por la consultora McKinsey.
Este crecimiento impulsará la demanda de profesionales altamente especializados en ingeniería y software. A nivel tecnológico, las empresas han implementado avances importantes en estos campos.
No obstante, la dependencia de tecnologías avanzadas como LIDAR y sensores sigue siendo un desafío para la escalabilidad de la industria.
Además, el público y las regulaciones continúan siendo obstáculos, ya que todavía hay desconfianza sobre la seguridad de los vehículos autónomos.
Varios expertos aseguran que las leyes aún no están completamente adaptadas para regular la responsabilidad en caso de accidentes, lo que representa un desafío legal significativo.
Jia comentó que, si bien al principio apreció “críticas y actitud de incredulidad”, con el paso del tiempo, “el progreso iterativo de la tecnología y los esfuerzos realizados han hecho que las personas gradualmente crean en la industria".
Un futuro prometedor, pero no exento de riesgos
En China, los niveles de conducción autónoma se dividen en cinco, donde el L3 permite asistencia al conductor y el L4 y L5 representan conducción altamente automatizada y completa, respectivamente, siendo los más avanzados y complejos de alcanzar.
La competencia en el desarrollo de vehículos autónomos se divide entre empresas tecnológicas como Baidu y Didi, fabricantes de automóviles como GAC y Geely, y empresas emergentes ('startups') como Pony.ai y WeRide.
Mientras las tecnológicas y las empresas emergentes lideran el desarrollo de tecnologías avanzadas como el nivel L4 de conducción autónoma, los fabricantes de automóviles se centran en tecnologías de asistencia al conductor de nivel L3, aunque buscan cerrar la brecha invirtiendo en innovación.
Aunque, según Jia, además de las barreras tecnológicas, la industria debe superar también las sociales.
"Cuando los humanos conducen automóviles, puede haber demasiada interferencia emocional o puede incurrir en acciones de descortesía. (…) Sin embargo, los vehículos autónomos parecen ser más civilizados al ceder el paso a los peatones, por lo que algunas personas están dispuestas gradualmente a aceptar esta industria", aseguró el ingeniero de pruebas.
La automatización del transporte promete transformar sectores como la logística y el transporte público, pero la implementación efectiva aún está en fases iniciales, y los resultados no son completamente predecibles.
Sin embargo, el camino está lejos de ser sencillo, y la industria debe continuar adaptándose a un entorno complejo lleno de desafíos tanto tecnológicos como sociales.
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