Judith Mora
Londres, 3 feb (.).- El Banco de Inglaterra subió este jueves del 0,25 al 0,5 % los tipos de interés en el Reino Unido, ante una inflación rampante impulsada por el precio de la energía que, de acuerdo con la entidad, causará el mayor encarecimiento del coste de la vida en 32 años.
Cuatro de los nueve miembros del Comité de Política Monetaria de la institución hubieran preferido aumentar hasta un 0,75 % el precio del dinero y, en el informe difundido hoy, el Banco indica que habrá más incrementos en los próximos meses.
La subida aprobada pretende hacer frente al rápido avance de la inflación, que alcanzó un 5,4 % en diciembre y se prevé llegue al 7,25 % el próximo abril, su nivel más alto desde agosto de 1991 y muy por encima del objetivo oficial del 2 %.
El gobernador del banco central, Andrew Bailey, dijo en una rueda de prensa que, de no tomar esta medida, "la inflación sería mucho peor" y "sería improbable que bajara" hasta el nivel deseado.
El Banco informó además de que reducirá paulatinamente su programa de alivio cuantitativo introducido en 2009, que comprende 875.000 millones de libras (un billón de euros) en bonos de deuda pública, que no se reinvertirán cuando venzan.
Los 20.000 millones de libras (23.800 millones de euros) que gestiona en deuda privada tampoco se reinvertirán y más tarde se venderán en un proceso que se completará "no antes del final de 2023", señala en su informe.
Junto con estas medidas, el Banco de Inglaterra rebajó este jueves su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) británico en los dos próximos años, de modo que se expandirá un 3,75 % en 2022 -frente al 5 % estimado en noviembre- y un 1,25 % en 2023 -de un 1,5 % previsto entonces-. Mantiene un crecimiento del 1 % para 2024.
EL MAYOR GOLPE A LOS HOGARES DESDE 1990
El aumento de los tipos aplicado hoy es el segundo desde diciembre, cuando pasaron desde el mínimo de un 0,1 % a un 0,25 %, en lo que fue el primer ascenso en tres años. No había habido dos incrementos seguidos desde 2004.
Bailey subrayó que la subida no es porque "la economía esté boyante", aunque está ya en niveles prepandemia, sino para meter en vereda una inflación en parte provocada por los problemas globales de suministro exacerbados por la crisis sanitaria.
El Banco de Inglaterra calcula que, después de los impuestos y contando el impacto del índice de precios al consumo (IPC), el poder adquisitivo de los hogares británicos caerá en torno al 2 %, el peor impacto desde que la entidad empezó a llevar un recuento en 1990.
Uno de los factores del avance del IPC es el aumento del precio de la energía, derivado de un encarecimiento del gas en el mercado mayorista.
Para reflejar la situación en los mercados, el regulador británico del sector, Ofgem, subirá a partir de abril el tope del precio de la energía para el consumo en una media de 693 libras (836 euros) anuales, un aumento del 54 %.
Este incremento, que se revisará en octubre, supone que quienes pagan tarifas por defecto pasarán de abonar un máximo de 1.277 libras (1.540 euros) al año a 1.971 libras (2.377 euros).
A fin de compensar este aumento de la factura energética, el ministro de Economía, Rishi Sunak, anunció hoy en el Parlamento una serie de medidas que, según dijo, contribuirán a que los hogares paguen de media 350 libras (421 euros) menos.
Por una parte, se ofrecerá un descuento para 28 millones de hogares de 200 libras (240 euros) en la factura de la electricidad desde octubre, aunque éste deberá ser devuelto en pagos de 40 libras (48 euros) anuales los próximos cinco años a partir de 2023.
Por otro lado, se financiará una rebaja de 150 libras (180 euros) a un 80 % de los hogares en el pago del principal impuesto municipal.
"Sin la intervención del Gobierno, esto sería increíblemente duro para millones de familias", declaró Sunak.
La oposición laborista criticó que el Ejecutivo conservador no haya rebajado el IVA sobre el precio de la energía, tal como prometió previamente el primer ministro, Boris Johnson.